Los telespectadores que vieron el Valladolid-Betis de anoche en el José Zorrilla cambiarían de canal nada más que el balón echó a rodar, pues el encuentro pareció, durante muchos minutos, un bolo de pretemporada. Y es que el conjunto de Pepe Mel acusó los 23 días que ha estado sin competir, pues se vio un equipo verdiblanco que condicionó mucho su juego al rival, que casi siempre tuvo el control de la pelota y al que se le notó con un poco de más ritmo. Pero sólo un poco, el justo para crear las ocasiones más claras y quedarse sin premio por culpa de un error que pareció propio de los que se cometen en los amistosos veraniegos cuando los futbolistas aún andan cogiendo la forma física.

El error de Jaime dejó helada a la grada del José Zorrilla, estadio comunmente conocido como estadio de laPulmonía por el frío que suele hacer. El mismo frío que pareció acusar un Betis que desde el minuto uno dio la sensación de hacer el típico partido tontoque suele acabar con derrota y que ayer venció porque le acompañó la veleidosa fortuna. Al fin y al cabo, el fútbol es un juego.

El mejor ejemplo de que el cuadro de Heliópolis no jugó bien lo reflejó Nono, al que apenas le salió nada, pese a que se ofreció en todo e incluso abusó en una jugada muy clara rematando a gol cuando tenía a Rubén Castro y Jorge Molina esperando el balón para marcar. Mel lo vio claro en la segunda mitad y su puesto fue ocupado por Igiebor, que llamó la atención desde que empezó a calentar en la banda.

El centrocampista nigeriano llegó a desquiciar a Mel mientras se vestía con mucha tranquilidad en el banquillo, después tuvo que ponerse un vendaje y eso retardó su salida al terreno de juego, y una vez ya en el campo se resbaló en multitud de ocasiones. No fue la noche de Igiebor, ni la del Betis, en general, que al menos sí puso la intensidad necesaria que no salió ante Cacereño y Coria y que tantas críticas levantó.

Ante el Benfica la imagen fue otra que ante el Segunda B y el Tercera, pero en Pucela el conjunto heliopolitano no se pareció en nada al de San Mamés, e incluso pareció que aún tenía en la cabeza el partido del Rayo, que hizo mucho daño y que tantas dudas levantó.

Pero el fútbol ofrece regalos y el cancerbero del Valladolid quiso que el trofeo se lo llevara el Betis con su fallo garrafal. El tanto ahora debe traer consecuencias negativas, pues con la sorprendente lista de convocados que dio Mel y la floja imagen que estaba dando su equipo, aparecieron los fantasmas de los vaivenes que dio el Betis la temporada pasada, después de la racha negativa que cogió tras las cuatro primeras victorias. El Betis conquistó el Ciudad de Pucela para regresar a la Liga con tres puntos en el zurrón.