Cristiano Ronaldo afirmó tras prestar declaración en el Juzgado de Instrucción número 1 de Pozuelo de Alarcón como investigado por posible delito fiscal contra la Hacienda Pública que "jamás" ocultó nada ni tuvo "la intención de evadir impuestos".

La Fiscalía acusa al jugador del Real Madrid de cuatro delitos contra la Hacienda Pública cometidos entre 2011 y 2014 y que suponen un fraude tributario de 14.768.897 euros.

El delantero defendió la estructura mediante la que gestiona sus derechos de imagen

A través de un comunicado, el portugués subrayó: "La Hacienda española conoce en detalle todos mis ingresos, porque se los entregué; jamás oculté nada, ni tuve la intención de evadir impuestos. Siempre hago mis declaraciones de impuestos de manera voluntaria, porque pienso que todos tenemos que declarar y pagar impuestos de acuerdo a nuestros ingresos. Quienes me conocen saben lo que pido a mis asesores: que lo tengan todo al día y correctamente pagado".

Según el texto, Cristiano, que declaró durante una hora y media ante la juez, el abogado del Estado, el fiscal y su propio letrado, estuvo "tranquilo y satisfecho" por haber podido colaborar con la Justicia: "Es el momento de dejar trabajar a la Justicia. Espero que, también en este caso, haya una decisión justa".

Con el fin de "evitar presiones innecesarias o de contribuir a un juicio paralelo", el delantero decidió no volver a hacer más declaraciones sobre este asunto hasta que la Justicia no emita sentencia.

Cristiano expuso que no creó ninguna "estructura especial" para gestionar sus derechos de imagen cuando llegó al Madrid en 2010, sino que mantuvo la que los gestionaba cuando jugaba en el Manchester United.

"Los abogados que me recomendó el Manchester United la crearon en 2004, mucho antes de que pensara venir a España. La estructura fue la que era usual en Inglaterra, comprobada por la Hacienda inglesa y ratificada como legal y legítima", continuó el jugador.

El luso también explicó que la estructura empresarial de gestión de sus derechos de imagen es la misma en el periodo 2010-2014 -en el que la Fiscalía lo acusa de defraudar 14,7 millones de euros de forma "consciente" y "voluntaria"- que en el periodo 2004-2009.

Según asegura Cristiano, entre ambos periodos sólo hay dos diferencias: se suprimió una entidad inglesa "innecesaria al no residir en aquel país" y "se aseguró de cobrar la totalidad de los derechos de imagen personalmente mientras era residente en España para pagar los impuestos españoles".

Ninguno de estos dos cambios tenía como finalidad, siempre según su versión, eludir el pago de impuestos u ocultar ingresos, y fue a partir del año 2015 cuando decidió ceder sus derechos de imagen a un tercero independiente "pagando sus impuestos por ello".

Según sus asesores, las diferencias de la Fiscalía con las declaraciones presentadas radican en la cuantificación de qué parte de lo cobrado por cesión de derechos de imagen debe considerarse como obtenido en España entre 2010 y 2014, cuando era un impatriado, y si esos cobros debieron haberse declarado año a año en lugar que de una sola vez, como se hizo en 2014.