La planificación del viaje del Sevilla se vino abajo de manera inesperada con los problemas del avión de la compañía de chárters Privilege. Ayer, a última hora, se le comunicaba al club el cambio del aparato para disponer de uno con más plazas, pero esto provocó una catarata de inconvenientes que concluirían con un retraso de más de dos horas y media.

Unai Emery no escondía su preocupación cuando llegó al aeropuerto y se encontró con unas colas en la zona de embarque que también afectaron a los veintiséis futbolistas desplazados y al cuerpo técnico. Al parecer, debido a la permuta de la aeronave se había producido un borrado completo de los datos informáticos facilitados por el club. La solución fue realizar el embarque uno a uno a cada pasajero y las colas eran largas en San Pablo sin que avanzaran prácticamente nada. Más de una hora de retraso por ahí.

Los inconvenientes no pararían ahí. Dentro del avión, con todo previsto para el despegue, el comandante anuncia un ligero retraso, "de diez minutos debido a un problema técnico". Resultaba curioso ver el trabajo de los operarios para solucionar el problema y el despegue se produciría en torno a las 12:40 cuando el horario inicial de salida eran las 10:00 de la mañana. La causa, según el propio piloto comunicaba por la megafonía interior, era "una reversa, que es lo que se utiliza en el avión para frenar al aterrizar. Lo que hemos hecho es anularla para usarla manualmente".

Pero aún faltaba el punto final para la odisea. Tuvo lugar con el aterrizaje. No se sabe muy bien si tendría algo que ver con la reversa, pero el avión prácticamente se tiró contra la pista del aeropuerto de Cardiff y dio un buen bote en la misma para que las caras de los pasajeros reflejaran el susto.