Betis | real unión · la crónica

Duro castigo al pasotismo

  • Justicia El Betis fue incapaz de hacer valer su teórica superioridad sobre un Real Unión que se hizo acreedor con creces al punto que se llevó Sin ritmo Los hombres de Tapia jugaron casi todo el partido andando y así es imposible ganar

Mal camino ha elegido el Betis para retornar a su sitio natural, para volver a la Primera División del fútbol nacional. Los hombres de Tapia no pudieron pasar del empate frente al modesto Real Unión y hasta deben estar agradecidos por el hecho de que la herida no fuera aún mayor. Los verdiblancos, sencillamente, fueron inferiores a un adversario tan lleno de buenas intenciones como carente de la calidad necesaria para hacer sangre en la zona de ataque. El problema es que con una actitud tan pasiva, tan cercana al pasotismo, las distancias entre unos y otros se acercan e incluso se confunden los protagonistas.

Porque cualquier espectador que asistiera al partido de ayer, particularmente al segundo periodo, y fuera daltónico seguro que no habría sabido decir qué equipo era el Betis y cuál era el histórico Real Unión. Es más, todos habrían coincidido en que el supuesto aspirante al ascenso estaba vestido de rojinegro y los verdiblancos bastante tenían con salvar la categoría. Tal fue el dominio del balón ejercido por los visitantes que controlaban una y otra vez en solitario.

Lo hicieron, paradójicamente, a pesar de sus carencias técnicas, algo que pudo corroborarse en los instantes finales del encuentro. Entonces, ya con uno a uno, el achuchón del Betis fue suficiente para desnudar las carencias de Descarga y compañía, que despejaban sin ningún pudor hacia no se sabe dónde. Bastó para ello con que el Betis enseñara algo las uñas, algo que debería ser cuestión primordial en el manual del equipo de Antonio Tapia y no la desidia que transmitieron ayer sus hombres a lo largo de los noventa y pico minutos que duró el encuentro.

Así, andando, no se le gana a nadie, ni siquiera a este Real Unión. El Betis, lastrado por las ausencias de Juanma y Nacho en las bandas, mucho más trascendentes de lo que puedan parecer, partió con un planteamiento de juego similar. Cuatro zagueros atrás, con libertad para los dos laterales, en este caso Nelson y Fernando Vega, para tratar de sorprender al contrincante; dos medios centro que se debían repartir las tareas a la hora de equilibrar al equipo; dos bandas dispares, pues Odonkor aportaba, si es que da algo, velocidad por la derecha, y Caffa debía poner el toque, el centro y hasta el remate, como en el gol; un enganche, que no existió jamás, por falta de asistencia al trabajo, en la persona de Sergio García y Pavone arriba tratando de provocar huecos en su pelea con unos zagueros más fornidos que otra cosa.

Más o menos el planteamiento era el mismo sobre la pizarra, aunque la cosa variara después considerablemente por las características personales de los encargados de ejecutarlo. Por ejemplo, no es lo mismo ese Odonkor empeñado en correr siempre hacia adelante incluso a costa de dejarse más de una vez la pelota atrás que un Juanma más limitado físicamente pero muchísimo más listo a la hora de aportarle al equipo lo que éste demanda en cada tramo del litigio. Ocurre, sin embargo, que ésos son los inconvenientes habituales en el fútbol y tampoco es cuestión de llorar las ausencias sino de tratar de mitigar sus consecuencias.

Pero este Betis, aunque parezca lo contrario por la categoría en la que milita, está cogido con alfileres y hay que hacer encajes de bolillos para tapar las carencias. Tapia lo intentó, pero tal vez no contase con que le fallarían también algunos de los que sí estaban sobre el césped, sobre todo ese Sergio García que no tiene derecho, en el buen sentido de la palabra, a tener un mal día. El catalán es indispensable para la causa bética y ayer se le echó de menos una barbaridad.

La consecuencia de todo lo anterior fue un ritmo cansino, casi impropio del fútbol profesional. El Betis parecía incapaz de meterle una velocidad más al juego y esto le facilitó considerablemente la tarea destructiva al Real Unión. Los anfitriones, si se exceptúan los arranques de Odonkor camino de ninguna parte en la mayoría de las ocasiones, apenas llegaron a la puerta de Jauregi. Pero incluso así, se encontraron con un gol en los estertores del primer periodo. Bastó con un robo de Iriney, una acción de continuación de Nelson, un buen pase para Caffa y un disparo bien dirigido de éste que después tuvo la fortuna de hallar la colaboración con la espalda del guardameta tras estrellarse en principio en el poste.

El Betis se iba al intermedio con ventaja, a pesar de lo poco que había hecho para ello. En teoría, el camino ya se había allanado y sólo era cuestión de ser inteligente en el juego para aguardar a que el segundo gol, el definitivo, cayera como una fruta madura. La práctica, sin embargo, fue obstinadamente al revés. El paso atrás del cuadro de Tapia no tuvo nada de inteligente y sí de dejación de funciones. El Real Unión se hizo dueño absoluto del balón entre el pasotismo de los verdiblancos, que no regalaban ni una sola carrera en pos de recuperarlo. Y los vascos, aunque eran tremendamente inocentes en los metros finales, cada vez se movieron más cerca de Goitia con la posibilidad que eso conlleva de que el azar les fuera favorable en alguna ocasión. Hasta que llegó el tanto de Abasolo y entonces sí despertó el Betis para demostrar que las carencias tenían mucho más que ver con la actitud que con la aptitud. Enseñanza final: Andando no se le gana a nadie, ni al Real Unión siquiera.

Árbitro: Bernabé García HH (murciano). Su auxiliar acertó de pleno al no dar validez a un remate de Gorka Brit que acabó en gol. Realizó un arbitraje por encima de la categoría, sin necesidad de aspavientos ni de tarjetas.

Tarjetas: Amarillas Caffa (22'), Nelson (54') y Montoro (65').

Goles 1-0 (42') Caffa. Balón que roba Iriney en el centro del campo, Nelson monta la contra y halla a Caffa, quien golpea con precisión para que la pelota rebote en el poste y después en la espalda de Jauregi para entrar. 1-1 (84') Abasolo. Centro de Juan Domínguez desde la banda derecha del ataque vasco y Abasolo se anticipa a Arzu para marcar en el primer palo.

momentos clave 29' Disparo de Caffa al travesaño. 81' Remate solo de Domínguez a Goitia. 91' Regalo de Nelson a Domínguez. 93' Doble parada de Jauregi a Rodri y Pavone.

Incidencias: Séptima jornada de la Liga Adelante, Ruiz de Lopera, 25.000 espectadores.

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