Está claro que jugar con más atacantes no equivale a atacar más y mejor. El fútbol no es tan fácil. Jiménez lo volvió a demostrar con Renato en lugar de Kanoute para que Luis Fabiano ejerciera como único punta. El Sevilla se hizo con el centro del campo impulsado por el mando de Fazio, que además liberó a Keita, y la prestancia de Renato, ese jugador que cuando rinde como sabe, imprime sello de ganador al equipo. Ganada la medular y con ello la pelota, Daniel y Navas empezaron a tejer su juego, Keita se descolgó en apoyo de Luis Fabiano, Renato hizo de enganche de lujo y el Villarreal se quedó sin respuesta. Jiménez, de chapeau.

Defensa

La entrada de Fazio en lugar de Poulsen dio más consistencia por delante de la zaga. El argentino impuso su corpachón, su sentido táctico y su sangre fría para dar serenidad a su alrededor. Supo ejercer de cinco, como denominan en su país al medio centro que actúa por delante de la defensa. Ganó balones por arriba y por abajo y por ahí se topó el Villarreal con un escollo. Con ello, Mosquera y David Prieto sufrieron en menor medida el juego entre líneas que suelen hacer los amarillos con Pires, Cazorla, Nihat o Rossi.

Los centrales actuaron con coordinación, agresividad y anticipación. Esta vez, el balón parado no fue un agujero.

Ataque

Sin Kanoute y con Renato, se abrían las suspicacias: ¿un solo punta en Nervión? Pues sí. El brasileño abrió a un lado y otro o conectó con Luis Fabiano, cuando no remató. Keita apareció en ataque en carreras o por arriba, y la banda derecha fue un martillo pilón.

Virtudes

Recuperó el equilibrio para recordarle al Villarreal que para nada media tanta diferencia entre los equipos como dice la tabla.

Talón de aquiles

Faltó más resolución cara al gol para cerrar el partido antes.