De lo alto del podio en Orense en los 60 metros lisos del Campeonato de España, a estar encerrada en casa. La vida ha cambiado en un abrir y cerrar de ojos para Maribel Pérez, quien hace poco más de dos semanas saboreaba el haberse convertido en la reina de la velocidad nacional en pista cubierta. "Ahora, con perspectiva, estoy muy contenta", señala la sevillana, quien reconoce que, muchas veces, el exceso de exigencia es una debilidad extendida en el mundo del atletismo.

"Es verdad que llegaba en buen estado de forma, me encontraba muy bien. Las eliminatorias y las semifinales fueron muy buenas", recuerda. "El nivel era alto, pero yo sabía que podía correr mucho. Quizás no pensaba tanto en ganar como en hacer el récord de Andalucía. Mi pensamiento era mejorar esa marca. Pero la final me salió nefasta, corrí mal. Lo peleé con Aitana Rodrigo y al final compartimos el oro", incide sobre una final que se decidió en la photo finish, algo que no es nuevo para ella, puesto que en La Nucía, en 2019, también hubo que recurrir a la tecnología para decretar el ganador. En aquella ocasión fue Paula Sevilla con quien compartió protagonismo en la carrera.

Estos tiempos felices y de medallas ahora parecen lejanos, aunque el calendario indique que sólo ocurrió hace dos semanas. El estado de alerta no entiende de categorías y los deportistas también están recluidos en sus hogares. "Estamos un poco tristes. Pensamos que este año va a ser complicado que se mantengan las competiciones y el calendario. Nos va a pillar esto en abril y mayo, y hay competiciones importantes programadas en estas fechas", explica Pérez. "Lo llevamos regular", insiste.

Su preparación en estos días de confinamiento, evidentemente, ha cambiado. "Teníamos hasta ocho sesiones programadas y cuatro de ellas eran en pista. Las series de velocidad son imposibles, hay que tener cabeza y quedarse en casa", señala. "Para perder el menor tono muscular posible, hemos montado en el jardín de casa un pequeño centro de alto rendimiento", incide la velocista.

Es precisamente esta situación de incertidumbre, sin poder salir a entrenar, la que hace que muchos atletas alcen la voz. La marchadora Julia Takacs lanzó un mensaje a través de las redes sociales en el que cuestionaba la imposibilidad de salir a entrenar si éste es tu trabajo. "Yo la apoyo. El deportista de alto nivel trabaja para entrenar. Nos exigen resultados y son necesarios para las becas. Se nos exige, pero no tenemos medios. En Italia, por ejemplo, a los atletas preseleccionados para los Juegos Olímpicos se les ha dado un permiso para entrenar en los centros de alto rendimiento a puerta cerrada", explica la atleta sevillana.

Con todo, el panorama a medio plazo parece algo oscuro, no sólo para el atletismo, sino para todo el deporte. En el horizonte, los Juegos Olímpicos. "¿Si pienso que se celebrarán? No lo sé. Hay días en los que pienso que sí, otros que no. Siendo realista, si a un atleta no se le permite entrenar, se tendrían que aplazar, por lo menos, dos años. El próximo año coincidiría con el Mundial y dentro de dos hay más espacios en el calendario", comenta la sevillana. "Pedir al atleta que intente llegar a Tokio como están las cosas y para hacer unos Juegos con estadios vacíos… Gracias a Dios no me corresponde tomar esas decisiones", desliza.

A pesar de todo, Maribel Pérez trata de hacer un ejercicio de "optimismo". "Si todo se acabara en 15 días como se dice, el objetivo sería llegar en el pico de forma en los momentos puntuales. Para estar en los Juegos hay que hacer mínima, que es pase directo, o intentar entrar por el World Ranking. Y para ello, es importante ir a las competiciones y estar en los puestos de arriba. Tenemos el pase para el Europeo de París y trataremos de lograr puntos para colarnos en Tokio, si la situación lo permite".