Marisa Fernández, bloqueadora de élite

La veterana jugadora de voleibol, natural de Fuentes de Andalucía, milita en el Dimurol Libby's de la Liga Iberdrola y ha vestido la elástica de España en más de 100 partidos

La jugadora del Dimurol Libby's, Marisa Fernández, celebrando un punto. / M.. G.
Paco Núñez

20 de noviembre 2017 - 05:25

Ninguna jugadora española ha jugado en siete ligas de seis países diferentes. Y muy pocas tienen el excelso palmarés de Marisa Fernández, sevillana de Fuentes de Andalucía de 35 años de edad, que lleva más de media vida dedicada a los remates, los bloqueos y la colocación. El voleibol es su vida y ahí sigue, dándolo todo en el Fachadas Dimurol Libby's, líder de la Liga Iberdrola, aunque reconoce que "es la competición más igualada de los últimos años".

Sobre el patrocinio de Iberdrola, Marisa asevera: "Me parece increíble que esta gran empresa nos dé la oportunidad de seguir desarrollándonos en nuestro deporte. Estamos muy agradecidas, porque el apartado económico es crucial para seguir desarrollándonos".

Es la cruda realidad de los deportes minoritarios en este país, que necesitan buenos patrocinadores para salir adelante. El voleibol vivió un momento dulce en los años 90 con la participación de la selección en los Juegos Olímpicos de Barcelona y la eclosión de Rafa Pascual, entre otras figuras. En hombres, equipos como Unicaja Almería, Aguas de Huelva o Caja Duero Soria eran potencias junto a los célebres equipos canarios y eso se notaba en la selección. El punto culminante fue el oro masculino del Europeo de Rusia 2007 y luego, la nada. Hay un dato perturbador: la selección femenina no participa en unos Juegos desde Barcelona 92 y las ayudas estatales cada vez son más escasas. "Somos muy pocas las que podemos ganarnos un salario con el voleibol. Tenemos condiciones todavía de deportistas amateur, porque lo que recibimos son ayudas para transporte y material. En España es bastante difícil vivir del voleibol. Algunas extranjeras sí que pueden, pero la mayoría lo compagina con otras actividades profesionales. Yo misma tuve que ser entrenadora de equipos base para completar el sueldo", dijo.

Marisa posee 5 títulos: el triplete con el Murcia, y Liga y Copa con el Panathinaikos

Marisa reivindica más presencia de las mujeres en los banquillos de la Liga Iberdrola: "El voleibol es un deporte muy seguido y resulta chocante que todos los técnicos sean hombres. Me consta que hay entrenadoras de calidad esperando su momento. A mí me gustaría".

Los 17 años que lleva Marisa en la élite dan para mucho. Militó en cinco equipos españoles (Universidad de Granada, CV Playas de Benidorm, Cajasur Córdoba, RH Hotel Cantur Las Palmas y CAV Murcia Grupo 2002) antes de fichar por el Panathinaikos en 2008. "Pabellones a rebosar, bengalas, mucho fanatismo... Fue mi experiencia más bonita, mi mejor año", rememora Fernández, que en cuatro meses en Grecia ganó Liga y Copa.

De su periplo en el Chateau D´Ax Urbino de la potente liga italiana en la temporada 2009/10, Marisa destaca el gran apoyo institucional, privado y periodístico. "Era el voley en otra esfera", señala. Su siguiente parada fue el exótico Igtisadchi de Bakú (Azerbaiyán), con el que quedó tercera en el campeonato local y bronce en la Challenge Cup de Europa. "Me fui a ganar dinero. Allí eran muy normales las rotaciones y, si no dabas el callo y no estabas fina, te mandaban a tu casa, porque no había límite de extranjeras por equipo", admite Marisa, que añade: "Nunca había tenido contacto con esa cultura de rusos-musulmanes. Por ejemplo, el presidente del club tenía dos esposas, una encerrada en casa y tapada con un burka y otra, un bellezón de cirugía, que vestía a la europea para ir a los actos públicos. Y es que las grandes marcas de moda están allí, en la Milla de Oro".

Su penúltimo destino internacional fue el Tiumen, en la Siberia rusa. "Estuvimos todo el año a -40 grados. Había jugadoras de muchísimo nivel y el juego era más elaborado, más lento que en Italia. Era un voley muy hermético y me costó mucho meterme en ese juego", comentó. Allí, Marisa padeció una peritonitis aguda que superó con el apoyo de su mánager y su familia: "Estuve cinco días sin conocimiento. Me desperté y empezó mi calvario. Tenía problemas ginecológicos y hepáticos, perdí 15 kilos y encima el club quería romper mi contrato. Por suerte, al final todo acabó bien". Finalmente, jugó en el Cuesta Piedra Santa Cruz de Superliga 2 y en el Jászberényi Roplabda Klub de la liga húngara antes de fichar por el Dimurol Libby's canario.

Apuntes

Palmarés. Marisa ha logrado cinco títulos en sus 17 años en la elite del voleibol: Superliga, Supercopa y Copa de la Reina con el Murcia, y Liga y Copa con el Panathinaikos. Además, fue elegida mejor jugadora de la Superliga Femenina, ahora llamada Liga Iberdrola (2006/2007); mejor bloqueadora de la Indesit Champions League Europea (2007/2008); MVP de la Liga y de la Copa de Grecia y Mejor Atacante GM Capital Challenge Cup Europea, todo ello con el Panathinaikos (2008/09); integrante del equipo ideal de la liga de Azerbaiyán (2010/2011), y máxima anotadora y mejor jugadora de la temporada regular de la Superliga Femenina (2012/13). Y tiene más de 100 internacionalidades con la selección española.

Maternidad. La voleibolista sevillana tiene claro que todavía no puede desatar su instinto maternal: "Ser madre no es compatible con el deporte de elite. En el deporte femenino, muchos contratos tienen cláusulas de no maternidad y, si yo me quedase embarazada, perdería mi trabajo".

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