Sevilla-Rayo Vallecano

Perseverar en el espacio

  • Emery mantuvo la cabeza fría para no atorar el ataque con Llorente

Unai Emery estaba convencido en que la fórmula para doblegar al Rayo era una muy concreta y no varió en su idea ni en los momentos de dudas, cuando el rival empató un partido que parecía ya resuelto y la afición, nerviosa, pedía a gritos más madera arriba, léase Fernando Llorente para buscar el 3-2 que alejara los fantasmas y evitara ahondar el pozo.

En esos momentos es difícil tener la mente clara y seguir firme en unas convicciones, pero el cuerpo técnico del Sevilla lo hizo y la suerte le acabó sonriendo. Tras perder el control del partido (otra cuestión de la que hablaremos más adelante), evitó poblar el juego de ataque para que los centrales del Rayo no se anclaran, por ejemplo, con Llorente. Con ello, más el refuerzo de las llegadas de Mariano, la intención era que los espacios siguieran libres y Gameiro, el hombre del partido desde que Emery empezó a prepararlo, explotara su velocidad. Lo hizo en esa jugada en la que Amaya vio la segunda amarilla y Konoplyanka clavó la pelota ganadora. Todo se rodeó como lo planeado, pero había que perseverar en esa idea.

Defensa

El Sevilla tenía claras sus intenciones desde el minuto uno. Tocar y tocar en la salida de balón, que los centrales y Sergio Rico lo sobaran lo más posible para que el Rayo adelantara más sus posiciones. Eso debía desnudar al equipo de Jémez atrás por su tendencia a adelantar la defensa hasta el centro del campo y la hora de Gameiro, tarde o temprano, debía llegar. Fue Tremoulinas el que mejor explotó las transiciones defensa-ataque y quien sirvió los dos balones de los goles con que los blancos parecían salir de la crisis.

En cambio, en la segunda mitad el equipo retrocedió y tuvo que defender mucho más atrás, lo que le generó problemas y propició el empate y que llegaran los nervios a un equipo que aún no tiene la confianza necesaria.

Ataque

El guión del partido, en líneas generales, fue el que estaba marcado. Espacios libres entre Toño y los centrales del Rayo, junto a incorporaciones por fuera (Tremoulinas) y por dentro (Iborra, Reyes, Krohn-Dehli y N'Zonzi), pero eso fue así hasta el descanso. Luego, el Sevilla echó en falta alguien para tener el balón, perdió el control del partido y se fue metiendo atrás menguando alarmantemente en confianza y costándole mucho alargar las posesiones. Con el 2-2, cuando la situación pedía quizá una reacción desesperada, Emery apostó por no atorar el ataque y dejar libres los espacios para Gameiro, para la frescura con la que salía Mariano y con lo que pudiera aportar Konoplyanka.

Virtudes

Tener un guión preestablecido, no dejarse llevar por la impaciencia y mantener la cabeza fría superando un momento crítico cuando mentalmente no está el equipo como para tirar cohetes.

Talón de aquiles

Tener personalidad para tener el balón es clave en fases del juego.

UNO POR UNO

Sergio Rico La confianza que había ganado con actuaciones anteriores la volvió a perder, en especial con el 2-2. Por su palo.

Coke No tuvo tanta salida como en Las Palmas y tras el descanso notó el cansancio.

Andreolli Tiene momentos de dudas entre cosas buenas.

Kolodziejczak Hizo algo raro en el segundo gol. Antes, bien.

Tremoulinas Tras tiempo sin aparecer, fue clave en ataque Luego bajó mucho su nivel.

Krychowiak Algo mejor, pero no está fino. ¿Y su potencia?

N'Zonzi Poco a poco le va cogiendo el aire al torneo. Marcó y se fue tocado.

Reyes Sin estar mal, no fue de sus mejores noches. Y sin Banega, debe aguantar el balón.

Iborra Falló ocasiones claras para definir, pero empujó.

Krohn-Dehli Ayer en la banda, se ofrece siempre pero le falta.

Gameiro El partido era para él y no defraudó. Fue el mejor.

Konoplyanka Un golpeo espectacular para empezar a sumar de verdad. Debe meterse.

Mariano Fue profundo.

Cristóforo Labor de vigilancia.

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