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Presión rima con Nervión

  • La distensión y privar de la Champions al vecino, armas que el Betis añade a su condición de local · El Sevilla opondrá su calidad y sus felices precedentes cercanos

Cuando se realizó el sorteo del calendario, sevillistas y béticos coincidieron en preguntarse qué se jugarían sus equipos en el derbi de este domingo, peligrosamente ubicado en la penúltima jornada de Liga. Gracias sobre todo a Chaparro, el Betis no llega como muchos temían, con la sombra del descenso revoloteando el nido de Heliópolis; y gracias sobre todo a Jiménez, el Sevilla saltará a la hierba del Ruiz de Lopera con mucho en juego, que no es premio menor la posibilidad de repetir en Champions. La presión llegará sobre todo de Nervión. No quiere ello decir que el Betis no la tenga, pues recibir la visita del odiado vecino siempre conlleva una cuota de presión per se.

nervio y nervios

El bético de a pie no quería ni pensar en la posibilidad de que el Sevilla mandara a su equipo a Segunda. Era una opción real que estaba ahí, latente. Una pesadilla que el nueve de nueve ante Osasuna, Barcelona y Zaragoza, primero, y luego la victoria en el Calderón acabó diluyendo. Tras la victoria ante el Atlético, la salvación bética era cuestión de tiempo, como así ha sido. Y las derrotas de Recreativo y Osasuna el pasado miércoles han consumado el gran objetivo para el que llegó Chaparro. Será el primer partido en dos años del Betis sin esa dichosa tensión, y esa liberación debe aligerar las piernas de los jugadores béticos este domingo. El Betis jugará con mucho más nervio que nervios. Pero presión, por el riesgo de perder con el Sevilla, sí que tendrá. Y más Chaparro, después del 3-0 de la primera vuelta. Si vuelve a perder, cargará con ese borrón en su expediente, muy feo a la hora de negociar con Lopera.

Curiosamente, ese triunfo clave de los béticos en el Vicente Calderón hace que el Sevilla afronte el derbi con mucha más presión que su rival, pues trata de dar caza al Atlético para acabar cuarto en la tabla. Esa tensión puede ser un lastre para el bloque rojo, ya que el Betis jugará con dos resultados a favor: el empate será bien acogido por la grada. El Sevilla jugará por la Liga de Campeones y el Betis por la Copa de Caín, ese título que uno y otro han ganado más de una vez en la historia por fastidiar al vecino... y nada más.

a favor de querencia

La fogosa afición bética ayudará mucho a que el Betis lleve el partido por su terreno y que sepa manejar esa tensión que soportarán los sevillistas. El equipo de Chaparro ha sabido reconducir la energía de la grada en su beneficio en citas muy importantes para la salvación, como fueron las remontadas ante Real Madrid y Barcelona, y es esa comunión y esa respuesta racial del equipo la que tratará de repetir el Betis ante otro equipo superior técnicamente, como es el Sevilla actual. Incluso si los sevillistas ponen el partido de cara, Paco Chaparro y los suyos tratarán de aferrarse a su capacidad de reacción, una virtud que en las últimas temporadas no tuvieron y en ésta sí.

varios escalones

Menos presión, ilusión por fastidiar al vecino, el calor de la grada, fe en la remontada... son factores que atienden al corazón, satélites que giran en torno al núcleo, al fútbol en sí. La calidad es el principio de todo, la virtud de las virtudes. Y ahí el Sevilla tiene más que decir. Ayer lo dijo Paco Chaparro, bético entre béticos: "Ellos están hoy varios escalones por encima". Jiménez también lo sabe, aunque no lo diga. Y tratará de que el partido discurra por los derroteros del fútbol, del juego en sí. Si lo consigue, como ya lo logró el Día de Reyes, los sevillistas tendrán mucho más cerca salir victoriosos de esa olla verdiblanca que será Heliópolis.

esas espinas clavadas

Precisamente el baño de fútbol que el Sevilla propinó al Betis en la primera vuelta hace que en la batalla moral los blancos también cuenten con cierta ventaja. Aún escuece en el seno bético ese 3-0 que pudo ser mucho peor si los sevillistas no levantan el pie con media hora por delante. Recordó ese partido, por la diferencia entre uno y otro, al 0-3 de diciembre de 1996 en Nervión, la noche del gol de Olías. Chaparro tiene una cuenta pendiente con ese partido, el entorno también se lo exige y se ha reflejado en cómo el Betis ha preparado los partidos de Villarreal, Almería y Valladolid, mirando de reojo al derbi de pasado mañana. No es la única espina que tiene clavada el Betis. La última comparecencia del Sevilla en Heliópolis dejó huella en el sentido más amplio de la palabra. Fue la negra noche del botellazo a Juande Ramos, el Día de Andalucía del pasado año. Los sevillistas recordarán con agrado el desarrollo de aquel partido, y eso que tiene ganado moralmente.

a qué jugar

En esa vuelta de los cuartos de Copa se sentaba un tal Luis Fernández en el banquillo bético, y con él los verdiblancos no sabían muy bien a qué jugar. Se vio en el día a día, hasta el 0-5 de Osasuna. Hoy, afortunadamente para el Betis, trabaja un entrenador que conoce muy bien el paño y que ha ahormado un bloque sólido, que sabe a lo que juega. Chaparro ha inculcado sus ideas y los jugadores creen en ellas bajo ese patrón 4-3-3, con un centro del campo poblado por dentro y dos extremos que también abandonan a veces las bandas para aparecer en zonas de remate. Hay dibujo, hay trazo definido. Y hay resultados: Cúper dejó al Betis penúltimo en la jornada decimocuarta, con 11 puntitos de 42 posibles. Hoy, el Betis es duodécimo tras sumar con Chaparro 35 de los 66 puntos en litigio.

Jiménez ha obtenido un rendimiento similar desde que tomó las riendas en la jornada novena: 49 puntos en 29 jornadas, para elevar al equipo de la undécima plaza a la quinta. El Sevilla también sabe a qué juega, pero su esquema es más flexible.

el sevilla fuera

Esa flexibilidad del dibujo de Jiménez deja un interrogante por delante de la defensa zonal de cuatro: pueden jugar tres centrocampistas en busca del toque en zonas interiores, con Fazio por detrás de un dúo que pueden integrar Maresca, Renato o Keita, con lo que un punta se quedaría fuera, o puede optar por su esquema habitual de 4-4-2. En cualquier caso, Jesús Navas y Capel, que no salieron titulares en Santander, parece que ejercerán como extremos.

Como visitante, el Sevilla ha descrito una trayectoria muy irregular, con grandes partidos en Montjuïc o Santander y pifias recientes como la de Murcia. Llega mucho, pero padece atrás.

el betis en casa

El dibujo está claro, ese 4-3-3 que tanto rédito le ha dado. La duda estriba en saber si el Betis tratará de apretar arriba o se dejará querer para buscar la salida rápida con Odonkor y Mark González, confiando en la debilidad sevillista atrás.

Si el Sevilla ha venido ofreciendo dos caras como visitante, al Betis le ocurre lo mismo al abrigo de su público. No ha mantenido una línea regular, aunque ante rivales de fuste se ha manejado con más soltura.

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