Cb sevilla-cai zaragoza

Queridos Reyes Magos... (73-84)

  • El Caja vuelve a perder sin ofrecer una capacidad de reacción por la falta de un base que acompañe a Miljenovic y un interior potente. Con todos los rivales reforzándose, no fichar condenará a sufrir hasta el final.

Hay partidos que marcan. Para bien y para mal. Y la espantada cajista en Madrid hace una semana ante el Estudiantes puede tener un largo recorrido negativo en el futuro. Ante el CAI Zaragoza los pupilos de Luis Casimiro, y él mimo, volvieron a tropezar y ya empiezan otra vez a mirar con más miedo hacia abajo que con ilusión hacia arriba. Es lo que tiene contar con una plantilla muy justa para competir en la ACB. Sin soluciones en el banquillo, al cuadro maño simplemente le bastó con defender con más de intensidad un cuarto y contragolpes para sacar del partido a un CB Sevilla que parece haberse empachado de turrón estas Navidades.

Ahora que llegan los Reyes Magos sería bonito poder pedirles un base y un pívot capaces de generar por sí solo canastas y personales, porque los rivales sí se refuerzan. Pero sin dinero en las arcas la carta no les llegará a los Reyes Magos y tocará sufrir hasta el final. Y es que dos cosas quedan claras cuando se sonreía con las victorias y las derrotas lo reafirman. Anderson no es un base con el que se pueda competir en la ACB y el juego interior necesita de más músculo. Si alguna de esas situaciones no se enjugan, el equipo hispalense y su afición están condenados a sufrir hasta el final por la salvación, y eso que tener ahora cinco victorias es un pequeño milagro.

Fue tras el descanso, después de un igualado primer tiempo en el que los puntos de Balvin en la pintura y el acierto exterior sostuvieron a los de casa (36-37), cuando los de Andreu Casadevall rompieron el choque. Bellas y una zona que se le atragantó a los locales, ofuscados con el triple, dinamitaron el duelo y condenaron a los cajistas, sin capacidad de reacción ante el estirón zaragozano. El CAI sabe cuáles son sus armas y amasó el duelo, sin ponerse nervioso, hasta que le llegó el momento. Mientras los visitantes anotaban los cajistas intentaban golpear a la defensa contraria desde el triple. Con tiros liberados, pero cuando la mirilla no está afinada empecinarse es un error. Y eso lo aprovechó el plantel aragonés, con un tremendo potencial interior, que se limitó a ir sumando de dos en dos para lograr un colchón con el que tirar el resto del envite.

Casimiro miraba al banquillo en ese momento y no sabía qué hacer. Con Balvin superado por Norel por la ausencia de ayudas, Oriola era lo único de lo que tirar por dentro, ya que Slokar es harina del mismo costal. Garra al menos. Seguía mirando al banco el técnico y Anderson se escondía bajo una toalla. El base pareció provocar una falta para ser sustituido cuando sólo llevaba cuatro minutos en la pista en el primer cuarto y no volvió a pisarla. Mejor. Para darle la pelota a uno que viste del mismo color no hace falta ser jugador profesional.

Cuando Bellas acabó por zamparse a un novato (y verde aún) como Miljenovic, el duelo ya pintaba mal. Usar a Berni y Bamforth como bases es perder soldados en otras guerras. Cansarlos con otros menesteres y volverlos un poco locos, sobre todo al norteamericano, que en el tercer acto lanzaba y lanzaba sin obtener rédito alguno.

Hasta 1/9 desde la línea de los 6,75 metros firmó el CB Sevilla en ese cuarto, en la típica pájara hispalense tras el descanso que en San Pablo ya es un clásico a la altura de grandes estrellas que por allí han pasado. Pudo meterse de nuevo el conjunto sevillano en el choque en un arranque de orgullo capitaneado primero por Oriola y después por Henton, pero con 51-59, tras un 2+1 del estadounidense, Henry, al que le llegó el balón que se le escurrió a Bamforth de entre las manos, clavó un triple sobre la bocina que acabó con la escasa moral cajista por levantar el partido.

A partir de ahí, los de Casimiro entraron en barrena y el CAI rozó los 20 puntos de ventaja (54-73) que ya sólo pudieron maquillar en un duelo ya roto. A ello también contribuyeron los colegiados con un cuanto menos curioso criterio a la hora de pitar faltas. Henry aguantó hasta el final con las tres personales que llevaba desde el minuto 18 y el CAI apenas cometió tres en el último cuarto.

Y todo suma, porque la diferencia de puntos entre uno y otro equipo fue de 10, casi la desventaja final. Pero no todo es achacable a los árbitros pues no es la primera vez que la diferencia desde la personal marca un choque. Quizá con un pívot más dominante y fuerte, como se pedía en verano, las cosas serían diferentes. También con un base que sepa jugar al baloncesto: -4 de valoración en poco más de cuatro minutos. No hizo nada bien. Por si acaso: Queridos Reyes Magos...

Ficha técnica:

73 - Baloncesto Sevilla (14+22+18+19): Anderson (0), Bamforth (6), Alfonso Sánchez (8), Nachbar (16), Balvin (12) -quinteto inicial-, Henton (14), Berni Rodríguez (2), Oriola (8), Slokar (4) y Miljenovic (3).

84 - CAI Zaragoza (16+21+30+17): Bellas (14), Benzing (6), Linhart (0), Fotu (4), Norel (14) -quinteto inicial-, Sastre (10), Jelovac (15), Pere Tomàs (5), Henry (12) y Kravtsov (4).

Árbitros: Arteaga, García Ortiz y Aliaga. Sin eliminados.

Incidencias: Partido correspondiente a la 14ª jornada de la Liga ACB disputado en el pabellón municipal de San Pablo ante unos dos mil espectadores.

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