El Sevilla se hizo con el XXXIII Trofeo del Olivo, en la tanda de penaltis, después de que no se moviera el marcador durante los 90 minutos del encuentro celebrado ante el Jaén en La Victoria. La principal buena nueva del amistoso fue el regreso de Carriço y Reyes después de estar dos meses lesionados. Fueron titulares como central y mediapunta por la derecha hasta que Unai Emery cambió el equipo mediada la segunda mitad. El Sevilla, con sólo 14 profesionales de la primera plantilla y muchos jugadores del filial, evidenció muchos apuros para contener al equipo de Manolo Herrera, que gozó de nítidas ocasiones.

El conjunto de Emery mejoró tras el descanso, cuando Rusescu, único que completó los 90 minutos junto a Julián, y Álex Rubio dieron profundidad al ataque. De hecho, ambos tuvieron sendas ocasiones muy claras para decantar el partido, pero se encontraron con la buena intervención del meta local. Sin embargo, el Jaén fue el que dispuso de la última ocasión. En la tanda de penaltis (1-2), marcaron Rusescu, a lo Panenka, y Marin, el meta local detuvo los disparos de Iborra y Figueiras y Julián fue decisivo al detener tres de los cuatro penaltis fallados por el Jaén.