El Sevilla elige Europa (3-1)

Una racha espectacular de nueve triunfos en diez partidos de Liga permitió al Sevilla llegar al nuevo San Mamés con todas las opciones de luchar hasta el final por el cuarto puesto que dé derecho a jugar la previa de la Liga de Campeones. El ganador del cruce saldría tremendamente reforzado, sobre todo en caso de triunfo local por la diferencia de puntos, y así fue. El Athletic tiene prácticamente amarrada esa plaza después de superar a un Sevilla muy difuso, lejos de su mejor versión y a remolque desde el principio.

Nada que objetar a la segunda vuelta del equipo de Unai Emery pero no es menos cierto que tanto desgaste y un doble objetivo tan exigente era difícil de mantener y el Athletic mostró la suficiente solidez para impedir el sorpasso sevillista. Golpeó hasta tres veces en momentos clave y la tardía reacción sevillista debe servir para afrontar la vuelta europea en Valencia con la máxima atención.

En apenas cinco minutos, sin tiempo para ver de qué iban las rotaciones de este Sevilla, el Athletic ya mandaba y así fue hasta el final. Un gol olímpico, nada menos, de Susaeta. Un tanto a balón parado, la principal virtud del Sevilla este curso. Sin su líder natural en la zona de creación, el Sevilla apenas inquietó en el primer acto y la reacción no se produjo en la pausa. Cuanto todo hacía indicar que la contienda necesitaba un giro, con el agravante de cuatro amarillas para los jugadores blancos, todo siguió como estaba y el Athletic dobló renta ante la impotencia visitante en una gran incorporación de Muniain al segundo palo.

Para colmo, Diogo se autoexpulsó con una segunda amarilla diletante y en la jugada siguiente Herrera entró con todo por el centro para rematar sin oposición ante Beto. 3-0 y asunto concluido. Con diez mejoró el Sevilla y el gol, lleno de clase, de Gameiro, sólo permitió dignificar una visita que, mostrando algunas de las virtudes que han convertido al Sevilla en la sensación de la primavera, queda lejos, tan lejos como la Champions, de ser suficiente para optar a objetivos mayores.

El Sevilla ha elegido Europa, que no es poco. De hecho, es muchísmo.