Las alternativas, un valor nominal

¿Se lo han ganado los jugadores con su rendimiento o ha sido mérito del entrenador? Mientras los teóricos le dan vueltas al debate, el Sevilla disfruta de una variedad de recursos tácticos y técnicos gracias a la respuesta de su plantilla. Si en el primer tramo de la temporada desde muchos foros se aseguraba que había una línea marcada entre el equipo titular y el grupo de los suplentes, no se puede decir lo mismo en los últimos tres o cuatro meses de competición.

Si ni Banega ni Reyes partían como fijos en el inicio de la temporada, ambos futbolistas, marcados por su corte más técnico que físico, fueron los primeros en engancharse. Luego Iborra, y más tarde futbolistas como Gameiro, quien tanto saliendo desde el banquillo como en las ocasiones en las que ha ocupado el puesto de Bacca desde el inicio ha aportado trabajo, goles y asistencias a un nivel muy alto. El regreso de Mbia tras su paso por la Copa de África, la reafirmación de un central con una gran proyección que generó dudas al principio como Kolodziejczak o la versatilidad que ofrecen los laterales con la respuesta tremendamente competitiva en la izquierda de Fernando Navarro y la recuperación física de Tremoulinas, un jugador que ofrece un gran golpeo en centros desde la izquierda. La raza de Coke y la mayor pujanza ofensiva de Diogo Figueiras en la derecha... Por no hablar de la respuesta de Sergio Rico como sustituto de Beto. Sólo hombres como Arribas, Deulofeu, Iago Aspas o Denis Suárez andan un poco por detrás.

El Sevilla se ha convertido en un equipo muy completo e imprevisible para sus rivales que puede jugar con varios esquemas de juego y con varios registros. Fútbol aéreo y segunda jugada con Iborra arriba, control, velocidad, estrategia... Por ello, la riqueza de recursos convierte en una incógnita el planteamiento elegido por Emery ante el Zenit después del exigente encuentro ante el Barcelona.