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La antesala de la final

  • El Rinconada luchará por el liderato en su visita al IES La Orden

La capitana Laura Molina golpea el volante.

La capitana Laura Molina golpea el volante. / MJ LóPEz

Por decimoctavo año consecutivo, el CB Rinconada disputará la final de la Liga Nacional de División de Honor. Pero antes de velar armas en busca del título número 13 que tanto se resiste, el equipo que dirige Antonio Molina tiene que despedir la liga regular. Y, paradojas del calendario, su rival será el mismo que en la gran final: el Recreativo IES La Orden, al que visitará en el Andrés Estrada el domingo (11:30).

Clasificados ambos equipos, podría pensarse que este último partido es un mero trámite. El enésimo clásico, como siempre de máxima rivalidad, pero quizá sin la emoción de otros tantos.

Nada más lejos de la realidad. El Rinconada, segundo con 24 puntos, aún podría dar caza a La Orden, que con una victoria más en su casillero suma 27 unidades.

Si se miran los triunfos y las derrotas parciales, el conjunto cañamero tiene un balance de 50-27, por 51-26 de su próximo oponente. El liderato aún es posible.

Comandar la clasificación al término de la liga regular no es cuestión baladí. Quien lo consiga dispondrá del factor cancha y podrá elegir que la final, a doble partido, se resuelva en sus dominios. Y teniendo el cuenta el peso de ambas aficiones, a buen seguro que los dos equipos lucharán con todo por conseguir tal privilegio.

Los precedentes, sin embargo, no son muy favorables para el Rinconada. En el partido de ida, disputado en el pabellón Fernando Martín, los onubenses se impusieron por 2-5. En aquella ocasión, sólo Tom Wolfenden y Heather Olver, en el dobles mixto, y Juan Manuel Fernández, acompañado también por Wolfenden en el dobles masculino, se adjudicaron sus respectivos duelos.

Las trayectorias negativas también están para romperlas. Y aunque ambos se reserven alguna carta, en el clásico por el liderato cualquiera decantará la balanza.

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