Sevilla - Almería · frente a frente

Los arietes cumplen; el técnico, no

  • Gameiro y Rodri igualan a goles y oportunidades un duelo que decantó Rakitic para salvar a Emery de la ira del respetable. La lesión del francés dejó en evidencia la falta de un plan B.

Rakitic copó los titulares de un partido que iba a llenar las rotativas y los análisis con otro nombre propio: Unai Emery. Al técnico vasco lo salvó el capitán del Sevilla en el último suspiro en quizá la única en la que pisó el área contraria. Rakitic cumplió con su papel, a pesar de que parecía jugar de líbero y pisaba más el área propia que la contraria y decantó un bonito duelo de delanteros entre Gameiro y Rodri hasta que el francés se lastimó al filo de la primera parte. Rodri, en su segundo regreso a Nervión, también cumplió con su parte. Marcó su gol y estuvo a punto de hacer otro que hubiera convertido el Sánchez-Pizjuán en un avispero. Se puede decir que el único que no cumplió con las expectativas fue el entrenador, quien, entre su obcecación por un sistema que a nadie complace y los cambios forzados por lesiones de distinta consideración, puso en evidencia que no tiene un plan B.

La primera parte sí que respondió a lo esperado. Un encuentro que permitía ver cómo se desenvolverían sobre el césped dos delanteros de similar estatura y distinto comportamiento. Gameiro sigue confirmándose como el delantero goleador que ofrece mucho más que su especialidad. Su rapidez le permitió poner por delante al Sevilla al aprovechar el regalo con un saque de banda hacia atrás de Christian. Además, apareció por diferentes zonas, sobre todo por la derecha, para combinar, tirar paredes, penetrar, hostigar a los contrarios... Todo lo que debería hacer Marin y no hace. Los papeles cambiados. El goleador haciendo de mediapunta y el mediapunta, de estrella que espera su ocasión para lucirse. Al final la encontró para alivio de Emery.

Rodri igualó la contienda en su primera ocasión, recordando que es un delantero con el don de la oportunidad. Gameiro se lesionó al filo del descanso tras marrar una clarísima ocasión después de un jugadón de Jairo que pudo ser el 2-1, y el partido se le ensució a Emery. El de La Motilla fue un incordio en su primer partido completo en Nervión desde que salió cedido al Barcelona B. Hasta este año mantenía una opción de recompra el Sevilla por aquel héroe de Almería, primavera de 2010, con un gol que no sirvió para que el Sevilla jugara la Champions, por su gran frustración ante el Braga, pero sí estableció la rampa de lanzamiento moral para ganar la Copa al Atlético cuatro días después.

El ex sevillista apareció por diversas zonas, provocó muchas faltas, de Iborra, que vio la amarilla, de Rakitic, de Alberto Moreno..., y casi marca con otra volea similar a aquella milagrosa de Almería cuando más atascado estaba el Sevilla, en la segunda mitad. Habría sido la espoleta de una bronca que ya se barruntaba contra Emery. Pero el fútbol tiene estas cosas. Iborra y Jairo pidieron el cambio, Marin, un fantasma sobre el césped, permaneció hasta el final y un centro suyo provocó el gol in extremis de Rakitic. El suizo-croata ejerció de 5, de 9 y de salvador de Emery. De todo, menos de lo que debería ser: el 10 del Sevilla.

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