Con azafatos y sin besos: la Vuelta planta cara al sexismo

La imagen de un ciclista sonriente flanqueado por dos bellas mujeres que le plantan un beso en cada mejilla forma ya parte del pasado en la Vuelta Ciclista a España: este gesto en la entrega de premios de la competición se eliminará en la próxima edición, en la que además de azafatas habrá azafatos en el podio.

Son algunos de los cambios que introducirá la organización de la competición ciclista más importante del país en medio de la polémica surgida en torno a la figura de estas azafatas o promotoras, tachada de sexista por algunos sectores que las consideran "mujeres objeto".

"Hemos tomado nota del debate y somos conscientes de que tenemos que hacer algunos ajustes", explica a dpa Javier Guillén, director de la Vuelta a España, quien no quiere "someter a la carrera a una tensión innecesaria" y busca así "que la gente se sienta más cómoda".

"La presencia de las azafatas, que hacen un trabajo muy digno, se va a mantener, pero queremos potenciar su labor de asistencia frente a su imagen e introducir también la presencia de hombres", añade.

En la próxima carrera, que arrancará el 19 de agosto en la ciudad francesa de Nimes y culminará el 10 de septiembre en Madrid, las azafatas y azafatos se alternarán en el podio. Si tradicionalmente eran mujeres quienes acompañaban a los ganadores de cada etapa, a partir de ahora lo harán también hombres.

Otro de los cambios que previsiblemente entrará en vigor en la edición de 2017 tiene que ver con el típico "doble beso" de las azafatas a los ganadores, un gesto que desaparecerá del protocolo.

"Hemos visto que puede haber cierto rechazo y tenemos prácticamente decidido que esa imagen no se dé en el podio de la Vuelta. Vamos a recomendarlo a las azafatas", explica Guillén.

Desde la organización de la competición aseguran que estas modificaciones en el protocolo responden a "una decisión libre" y descartan presiones por parte de instituciones o colectivos.

Pese a que entre los puntos polémicos están la vestimenta y el proceso de selección de las azafatas -que generalmente incluye requisitos físicos como un mínimo de altura o determinadas medidas-, desde la competición no valoran introducir cambios en este sentido, al menos de momento.

"Su imagen es muy digna y elegante. En ningún caso es una vestimenta exuberante, provocativa o llamativa", asegura el director de la Vuelta. "En cuanto al sistema de elección, nos ponemos en manos de agencias que tienen entre sus actividades la de proveeer este tipo de servicios de azafatas", puntualiza.

El cambio de criterio en España no se produjo de momento en otras grandes carreras ciclistas europeas como el Tour de Francia o el Giro de Italia. "En estos países no tienen este debate. Por mi parte, respeto absoluto a lo que hacen", asegura Guillén.

Sobre la opinión de los ciclistas, las hay "para todos los gustos". "Unos entienden que esto pertenece al ciclismo y que toda la vida ha sido así, otros dicen que hay que hacer un ajuste y otros piensan que sería mejor quitar las azafatas", apunta el director de la Vuelta.

Con estas medidas, la Vuelta a España sigue el camino que inició a principios de este año la dirección del Tour Down Under de Australia, que decidió suprimir la presencia de modelos en la competición.

Esta figura en el mundo del deporte ha sido muy cuestionada en los últimos años. Hace unos días, el ciclista belga Jan Bakelants reavivó la polémica al responder a un periodista que le preguntaba cómo iba a afrontar los días de competición sin relaciones sexuales. "Con las películas porno... y también están las azafatas del podio", dijo.

Algunos campeonatos regionales de España como la Vuelta a Cataluña o la Vuelta a la Comunidad Valenciana incluyeron ya en sus últimas ediciones a niños, jóvenes deportistas y azafatos en el podio.

La controversia no afecta solo al ciclismo. En otros deportes como el motociclismo se impulsaron campañas para que la tradicional imagen de estas atractivas modelos desaparezca de las competiciones en el país.