Supercopa ACB

El Betis Baloncesto cede ante la lógica y cae con el Real Madrid (69-100)

  • El conjunto verdiblanco aguantó el tipo25 minutos, pero un parcial de 2-18 en el tercer cuarto fue demoledor

  • El arbitraje exasperó a Luis Casimiro, pero no fue excusa en una contundente derrota en la que su equipo no estuvo duro en defensa

Evans pelea por el balón por los suelos con Deck.

Evans pelea por el balón por los suelos con Deck. / E. Cobos (ACB Photo)

El Betis Baloncesto no pudo contra la lógica. La lógica que hace que, la mayoría de las veces, el presupuesto se note en el parqué pagando talento, calidad y fondo de armario. La lógica que ponen los colegiados, a veces, y acabó barrido en el marcador por el todopoderoso Real Madrid por 69-100 en la primera semifinal de la Supercopa 2022 en Sevilla. Aguantó el conjunto verdiblanco 25 minutos, pero en cuanto los triples dejaron de entrar Tavares se hizo grande en la pintura y Deck (17 puntos) y Musa (21 puntos) acabaron con las ilusiones béticas de hacer algo grande en el torneo que abre la temporada ACB. La lógica se impuso y toca levantarse, que la guerra de la tropa de Luis Casimiro es otra.

Lo tuvo claro desde el inicio Chus Mateo, que colocó a Causeur para defender a Evans. La habilidad del francés en esa faceta y la permisividad de los árbitros con el galo, cerraron una delas vías de ataque del Betis, pero el conjunto de Luis Casimiro tiene una potente batería exterior que mientras esté acertada mantiene las espadas en todo lo alto. Así discurrieron los primeros minutos de un duelo que más que una semifinal por un título parecía un partido de pretemporada más. Poco ritmo, escasa defensa y los verdiblancos fiándolo todo al triple y los blancos aprovechando las faciliades que concedía atrás su rival.

Deck hizo daño por dentro ante la feble defensa de BJ Johnson y Yabuselle le ganaba la partida a un Kurucs que estaba acertado en la canasta contraria devolviendo los golpes de su par. El primer triple de Evans colocó el 13-11. Tavares impone demasiado en la pintura y Gerun no podía con el caboverdiano. Las entradas a canastas de los verdiblancos acababan siempre en balón doblado ante el temor de la alargada sombra del pívot madridista. Y cuando los triples dejaron de entrar los blancos vieron el momento de apretar. No les hizo falta apretar atrás y aprovecharon los errores béticos (cinco pérdidas) para tratar de abrir brecha.

Cornelie trata de taponar a BJ Johnson. Cornelie trata de taponar a BJ Johnson.

Cornelie trata de taponar a BJ Johnson. / E. Cobos (ACB Photo)

Con 16-23 llamó a filas Luis Casimiro a su tropa. Tiempo muerto para aclarar las ideas. Tsalmpouris dio otro aire en ataque y un triple de BJ Johnson sobre la bocina del primer cuarto dejó el partido todavía muy vivo (21-25).

Pero este Real Madrid tiene potencial en todos los puestos. La aparición de Musa y la dirección de Sergio Rodríguez permitieron a los visitante dar un nuevo tirón. Para colmo el arbitraje empezaba a mosquear a Casimiro que veía, como todo el pabellón y telespectadores, que lo que permitían en un lado en defensa no lo dejaban en el otro. Un culazo de Sylla acabó con Yabuselle tirado por los suelos como si un jugador de rugby lo hubiese placado. Flopping de libro, pero la jugada acabó con falta en ataque y acabó de encender al público y a un Casimiro resignado. Pero con el 30-40 el Betis no bajó los brazos. No está en el ADN del equipo, que cuenta con un jugón de esos que contagia entusiasmo y pelea como Evans. El base contestó con un triple y el robo de balón de Hill acercó a los suyos, aunque el cuarto se cerró con un alley oop de Deck inconcebible: 35-42 camino de los vestuarios.

Los árbitros permitieron más al Real Madrid que al Betis, desesperado por momentos por el desigual criterio

Unos minutos más duró la resistencia verdiblanca, descentrado el equipo por la parcialidad del trío arbitral. Ya venía de antes la desesperación, que explotó con el "fuera, fuera" del público cuando Tavares taponó con clara falta sobre BJ Johnson que no fue señalada y después la personal le cayó a Kurucs cuando defendía a su par. La jugada venía de una pérdida en un pase de Evans que dio claramente en el pie de un rival convirtiéndose en un contragolpe. Casimiro se pasaba la mano por el flequillo, señal inequívoca de resignación ante el arbitraje. Aun así, un triple de Evans colocó el 42-46. El Betis quería pelear… Lo que le dejaran los del silbato.

Pero con el juego interior cogido con pinzas, en cuanto los triples no entraron se acabó el partido. Tavares se hizo grande en la pintura. Su presencia intimidaba hasta el punto que Tsalmpouris tiró más triples que canastas de dos puntos. Llull se sumó a la fiesta desde la línea de los 6,75 metros y Musa dejó claro que en este Real Madrid puede ser un líder. En un visto y no visto, parcial de 2-18 desde aquel 42-46 (44-64) para encarrilar el encuentro, con el marcador reflejando un claro 48-68 al final del tercer cuarto. Demasiado castigó a un Betis que dio la cara y se dejó ir entre la desesperación por no aguantar el ritmo blanco y ataques deslavazados que acaban con el balón al hierro.

BJ Johnson defiende a Deck. BJ Johnson defiende a Deck.

BJ Johnson defiende a Deck. / Pepo Herrera (ACB Photo)

Sobró el último acto, convertido en un intercambio de golpes que no le beneficiaba al conjunto sevillano, que por una vez bajó los brazos. Sin defensa es imposible ganar al Real Madrid. Se vieron cosas en estos 10 minutos. Sylla dio un paso adelante, BJ Johnson demostró que todo lo que suma en ataque lo tiene que refrendar atrás y Gerun mostró pelea en la pintura con Poirier. Pozas puede tener más protagonismo que la pasada campaña cuando los partidos requieran y Tsalmpouris, a poco que le coja el ritmo a la competición y entienda que con sus 2,16 metros todo no puede ser tirar triples sumará. Evans descansó los 10 minutos. Que ni se resfríe.

Clara derrota del Betis al final en la Supercopa. Nada que objetar, porque la guerra de los verdiblancos es otra. Empieza el viernes ante el Valencia Básket y hay argumentos para pensar que se puede pelear por algo más que una salvación in extremis.

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