Hay vida..., aunque todo empiece visitando al todopoderoso Real Madrid. En una miniliga de seis partidos, el calendario no es lo peor que tiene por delante un Betis Energía Plus cuyo mayor enemigo ahora es sí mismo. Para revertir la situación llegó Alejandro Martínez, que debuta a lo grande como técnico del club verdiblanco pero sin miedo. Seguro de que logrará al final la permanencia y con el tiempo justo para intentar que los suyos también se lo crean como primer paso para alcanzar la meta.

Para un equipo encorsetado, temeroso por su incapacidad de defender y al que los nervios han hecho que a más de uno se le encoja la mano en las últimas jornadas, el cambio en el banquillo, después de los fichajes realizados, es la penúltima bala para frenar la caída libre. Ganar al Real Madrid, que pugna por el liderato en la ACB, no es una empresa fácil, pero sí que debe de servir de test para ver si el grupo ha reaccionado al último movimiento.

Poco podrá verse de la mano del nuevo técnico en el equipo más allá de que haya tocado el resorte que tiene a los jugadores bloqueados. Orgullo, amor propio y lucha es lo primero que se debe exigir al cuadro verdiblanco en la pista blanca, después de la paupérrima imagen dada en los dos partidos clave de la temporada: ante la Penya y el Bilbao en San Pablo. Eran dos finales y se falló en ambas, y no sería extraño que el Betis acabase la jornada en puestos de descenso.

Sin embargo, la liga no acaba ahora. Quedan seis jornadas y el Betis las disputará todas. No pueden decir lo mismo el Zaragoza y el Joventut, que se enfrentan este domingo en la capital aragonesa (conviene un triunfo verdinegro). Los maños descansarán la siguiente semana y los catalanes en la última jornada, aunque ambos cuentan con un duelo ante el Manresa que en teoría deben ganar más o menos cómodamente.

No está el Betis para cábalas. Ni para tirar un encuentro antes de jugarlo por mucho que enfrente esté el conjunto de Pablo Laso, pendiente de su eliminatoria de cuartos de final de la Euroliga con el Darussafaka turco, con el que jugará el miércoles y el viernes en la capital de España.

Está claro que limitar la sangría de puntos recibidos será importante para tener opciones ante los Llull, Randolph, Doncic, Ayón y compañía, pero también anotar, un déficit que ha lastrado al Betis durante buena parta de la trayectoria de Zan Tabak. Por algo es el tercer conjunto menos anotador, el que menos triples lanza y el menos asistente. Contará el nuevo entrenador, por fin, con dos bases puros, Radicevic y Cabezas, quien ayer fue dado de alta. DeAndre Kane no es un director de juego al uso y ello ha propiciado múltiples pérdidas en momentos importantes y un atasco en el juego. Eso sí, si tiene el día aporta puntos y rebotes... No lo hará en Madrid, ya que el norteamericano se queda fuera de la lista y en su favor entra Chery, ausente desde la llegada del exterior yanqui hace poco más de un mes.

Ganar al Madrid no es imposible, como demostró el Gran Canaria de Luis Casimiro hace poco o el Andorra, que rozó la machada tanto en la Liga como en la Copa. Quizá sea más difícil creer en ello, más aún para un conjunto deprimido que puede aprovechar esa imagen de debilidad con la que afronta el partido para morder desde el primer minuto. Creer más allá de poder o no. Y hacerlo desde el comienzo, porque la afición necesita un gesto de su equipo.