Juan Merino. Entrenador del Betis.

"He cambiado el sentir de la afición, mi crédito ante los béticos"

  • El linense admite que "la credibilidad la dan los resultados", pero matiza: "Yo en la adversidad me hallo incluso más fuerte". "Confío en el día a día y no sé si seguiré, pero donde esté el año que viene estaré bien".

-Tras dos meses ajetreados, ¿respira por fin Merino?

-Respiro. Estoy contento por los resultados, la sensación del equipo y el trabajo realizado, pero no estoy tranquilo; hay que seguir de la misma manera que nos ha llevado al éxito de los resultados.

-Todo ha cambiado en cuatro  días, ¿se imagina cómo estaría ahora de haber perdido ante Espanyol y Granada?

-Está claro que de la misma manera y con la misma fuerza, pero la credibilidad de un entrenador, y más de la casa, la dan los resultados. Yo en la adversidad me hallo incluso más fuerte, pero creo que ha cambiado el sentir de la afición, mi crédito ante los béticos.

-¿Por el último partido?

-Los resultados te dan y te quitan, Cuando se gana con uno menos, se le da más importancia al entrenador y cuando íbamos 2-0 como ante el Rayo, se ve que ese partido sólo lo puede perder el entrenador. La única lanza a mi favor es que tenía que seguir el mismo equipo porque estaba jugando bien y que la reacción fue en cuatro minutos, sin tiempo de hacer cambios. Estoy muy contento del compromiso de los jugadores; incluso ante la Real, el único día que perdimos, el segundo tiempo fue bueno. Si el equipo lo da todo, no pasa nada.

-Más allá de que usted mire aún hacia abajo, ¿entiende que el bético exija ganar partidos e incluso pelear la séptima plaza?

-El aficionado tiene que tener ilusión, pero el objetivo nuestro tiene que ser ir partido a partido. A mí me firmaron para intentar permanecer y alejarnos de abajo para estar tranquilos. Ahora viene el Athletic, un partido difícil, como algunos de los diez que nos quedan. Una vez cumplido el objetivo, sí hay que aspirar a lo máximo.

-¿Es optimista?

-Lo más importante es conseguir el primer objetivo lo más pronto posible. En el fútbol no hay que sacar pecho. Yo quiero que mis jugadores sean como yo, sencillos y humildes, aunque eso no quiere decir que bajen los brazos. Estamos en una ruta buena, pero aún no hemos cumplido.

-¿Esperaba esta reacción?

-El equipo se encontraba mal, porque no obtenía resultados positivos y la situación era difícil anímicamente, ya que los jugadores saben que son responsables y no están contentos. Yo sé cómo es mi trabajo y confiaba, pero no sabía qué tiempo iba a tener. Sabía que mi crédito era el mínimo y que tenía que lograr resultados sí o sí. Y el equipo me ha ayudado mucho.

-¿Le sorprendió e incluso molestó que el club lo nombrase interino mientras intentaba fichar a otro entrenador y que finalmente lo ratificase?

-Cuando me dijeron de coger el equipo sabía cómo estaba de resultados y que el calendario era muy difícil. Necesitábamos tiempo, sabía que las cuatro victorias del año pasado ya no valían. La situación era muy difícil, pero yo siempre he creído en mi trabajo.

-¿Qué le falta a esta plantilla para dar un salto esta misma temporada o la siguiente?

-No podría contestar porque ahora los jugadores me están sacando de esta situación y haciendo que Merino valga. Yo voy a apretar a ver hasta dónde somos capaces, pero de esto habría que hablar al finalizar la temporada; ahora estoy encantado y sólo puedo hablar cosas buenas de mis futbolistas.

-Al equipo, antes y ahora, le cuesta ser protagonista con el balón, sobre todo ante rivales que se cierran, ¿por qué?

-Hay que trabajarlo, independientemente de la calidad. Yo soy muy claro y tengo cuatro pivotes defensivos, por eso estoy adaptando a Dani Ceballos y Fabián, que son ofensivos y terminarán ahí, donde los veo en Primera División. Luego hay que ver las características de los interiores, los delanteros... Por eso, con Mel y con Merino ha sido más sólido a nivel defensivo y ha estado más cómodo en las transiciones. Pero hay que trabajar ese aspecto creativo y no dejarlo de lado, aunque al final se trata de sacar resultados.

-¿No ve mejor al Betis en 4-1-4-1 con N'Diaye de cierre y los dos niños de interiores por delante?

-He trabajado ese sistema porque tenemos también jugadores como Portillo y Musonda, que es eléctrico, y pueden jugar ahí con un pivote defensivo. El Betis llegó a jugar un partido así, contra el Sporting en Liga allí. Mel lo hizo en su día y claro que este equipo puede.

-¿El Betis que vemos es el que le gusta o actúa un poco obligado por las circunstancias?

-Lo primero es adaptarme a los futbolistas y jugar con el sistema que me dé resultados, independientemente del fútbol, aunque me gustaría jugar vistoso porque eso engrandece a un entrenador.

-¿Qué tipo de entrenador es Merino y qué fútbol le gusta que hagan sus equipos?

-Me gustaría una plantilla corta para darle su espacio a la cantera, y competitividad, con dos por puesto: dos interiores y dos extremos... Y podría jugar 4-4-2 o 4-3-3. Me gustaría que mi equipo fuese equilibrado y vistoso, y que sacara resultados. Y los jugadores me gustan con calidad pero solidarios, porque conmigo quien no sea así no juega.

-¿En qué entrenadores o equipos se fija Merino?

-El Barcelona es el equipo ideal, pero miro al Atlético y me encanta porque, dentro su capacidad, compite con Madrid y Barcelona. La calidad del entrenador está también en saber variar.

-¿Tuvo que ver en que viniese un delantero en enero y no, por ejemplo, un central, que es lo que faltaba?

-En ese momento, un delantero hacía falta por si le pasaba algo a Rubén Castro y porque no era bueno el bagaje de goles a favor. Yo pienso que tienes que tener cuatro delanteros y así poder jugar 4-4-2. Pero la ruta la marcó la secretaría técnica, Juan Merino llevaba un partido. En algún momento me decían y yo mostré mi criterio dentro de la fuerza que podía tener, porque no sabía si estaría uno o dos más. Se intentó traer a los mejores dentro de un mercado difícil.

-¿Entendería que el club no lo renovase de lograr una permanencia holgada?

-Yo entiendo cualquier cosa que haga el club. Confío en el día a día y no pienso en si voy a estar el año que viene. Creo que el destino está marcado y nos lo ganamos con trabajo. Donde esté el año que viene, seguro que estaré bien.

-¿Le sería más fácil si hubiese llegado de fuera?

-Es hasta normal, entre comillas. Yo soy de la casa, tengo mi currículum, el año pasado lo hice bien y sabemos que éste tengo que hacerlo muy bien para seguir y crecer como entrenador. Pero todos, los grandes también, empezaron seguramente en su casa y con sus exigencias. Y luego hay que debatir si merece seguir porque se ha ganado el crédito.

-¿Qué le fue más difícil, la cura de urgencia de la pasada temporada con el equipo fuera de objetivo o enderezar a éste que parecía con el ambiente algo viciado pese al colchón de cinco puntos con que lo cogió?

-Mucho más difícil este año. El pasado tenía ciertas cosas ganadas como equipo, aunque no tuviera resultados. El nivel del equipo era mejor y a nivel de vestuario tenía menos jugadores. Este año había muchos y eso dificulta a cualquier técnico, además no había resultados y por eso estaban anímicamente mal. El equipo, de sensaciones, estaba peor de lo que yo creía y también de ritmo de entrenamientos, aunque no digo que no hubieran entrenado, se trata simplemente de dinámicas.

-¿Pensó alguna vez que le podía venir grande la empresa?

-Grande nunca, todo lo contrario, pero sí que me había ganado un crédito y lo podía perder en un par de partidos, porque la situación era difícil y el calendario... Es la realidad, sabía que era superdifícil, pero nunca tuve miedo a que me viniera grande. Dudaría que hubiera otro capaz de echar las horas que le echo yo.

-¿Cuál es la principal dificultad con la que se encuentra un entrenador de la casa al dar el salto de un día para otro sin una pretemporada ni nada?

-Lo más difícil es que te acojan bien, medir las palabras con los jugadores y ser claro y respetuoso. Y las pautas hay que meterlas aunque vaya a estar dos días como si fueras a estar todo el año, con ese convencimiento, aunque ellos piensen que vas a durar dos semanas. Como es bueno para todos, hay que tener exigencia, acertar y que te crean.

-¿Su carácter quizá ha sido clave en este aspecto?

-Hoy en día hay que tener disciplina y carácter, pero también sentido común. Si exiges unos horarios y un peso, tienes que hacerle ver al jugador que si no lo cumple es una falta de respeto a los compañeros y que puede causar disputas. Siempre hay que consensuarlo todo con ellos y convencerlos: yo les puse mi ejemplo, que me iba a retirar con 31 años y aguanté hasta los 37. Si cada uno es mejor, el equipo será mejor y el que no cumpla falta el respeto a los demás. Exigirle al futbolista hoy por su formación es difícil, hay que convencerlo.

-Entremos en nombres propios: ¿Qué le ha sorprendido más de Musonda?

-Entrena como juega, no tiene ningún tipo de presión, no se la busca, es muy divertido y vertical, con velocidad con y sin balón. La única duda era su edad y saber cómo iba a competir, pero se veía venir que nos vendría muy bien.

-¿Y a Dani Ceballos qué le falta para romper de verdad?

-El día que tenga que explotar puede ser de pivote ofensivo en 4-1-4-1 o en 4-4-2. Los mediapuntas, como Marco Asensio o Charly, tienen más velocidad que él. Terminará siendo un pivote ofensivo, porque tiene técnica, buena visión, físicamente es fuerte y sólo tiene que trabajar tácticamente para ese puesto. En la banda tendríamos posesión con él, pero le faltaría llegada y de segundo punta le falta finalización.

-¿Qué espera de Joaquín de aquí a final de temporada?

-En mí está que rinda dentro de su capacidad, aunque la gente piensa en el de antes. Estando bien, ya ha sido protagonista en partidos, él lo sabe e intento que nos dé eso de aquí al final.

-El que merece una estatua es Rubén Castro…

-Es un reflejo para todos en el vestuario. Aparte de que finaliza bien, tiene casi dos kilos menos de su peso, físicamente es un portento y está como un chaval. Se cuida porque a su edad tiene que ser extraprofesional. Es un ejemplo en datos médicos y de entrenamiento.

-Fabián tiene una clase y elegancias innatas, pero da la impresión de que necesita jugar 30 partidos, amén de fortalecer su físico. ¿Apostaría por cederlo un año si sigue en el banquillo?

-Estos chavales crecen muy rápido. A Fabián todavía le cuesta recuperarse de la carga de trabajo cuando juega de titular, pero tiene un talento enorme y donde mejor está es en el Betis. Va a terminar por ser un jugador referente. Su puesto es de pivote, como Dani.

-Ya mismo está aquí otro derbi y, se supone, la única intención es sacarse la espina de ese 4-0

-Yo no miro después de Bilbao, se me hace lejos. Guardaré todas las fuerzas y trataremos de llegar en una dinámica positiva.

-¿Puede el Betis ganar a este Sevilla en Nervión?

-El Betis le puede ganar a cualquier equipo, ya se vio en el empate contra el Madrid. Pero al 150% rayando la perfección.

-¿Será mejor el Betis si gana partidos y se libera de presión?

-Hay una línea de ruta, pero tendemos a perder la concentración cuando hay resultados positivos. Pero hay un objetivo común y luego tenemos que exigirnos para no perder la atención.

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