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Un 'centenario' que bien vale una semifinal

  • Xabi Alonso celebra con dos goles, uno de cabeza y otro de penalti, su partido número 100 con la selección española.

El discreto Xabi Alonso celebró sus 100 partidos con la selección española de la manera más ruidosa posible: con dos goles que sirvieron para situar a su equipo en las semifinales de la Eurocopa. A sus 30 años, el jugador del Real Madrid vivió uno de los momentos más notorios de una carrera marcada por su liderazgo tranquilo. España ganó 2-0 a Francia y pasó a semifinales con dos tantos de suyos, uno de ellos de penal.

Poco amante del glamour externo que suele acompañar a las estrellas, lo único que le interesa es jugar bien para después refugiarse en su sencillo estilo de vida. Pero hoy le tocó situarse bajo los focos. A los 19 minutos, España diseñó una gran jugada colectiva que nació del pase profundo de Andrés Iniesta, el centro de Jordi Alba al área y la sorprendente llegada de Alonso para marcar con un impecable cabezazo. Qué curioso: su primer gol con la selección también fue con la cabeza. Ocurrió el 14 de junio de 2006, en el Mundial de Alemania, en el triunfo 4-0 ante Ucrania.

Y en el último minuto mostró su sangre fría para transformar un penalti cometido sobre Pedro. Ahora, seis años después contabiliza 14 tantos, una buena cifra para un centrocampista. Alonso entró en el club de loa 100, acompañando a Iker Casillas (135), Andoni Zubizarreta (126) y Xavi Hernández (113). Es decir, ha vivido como uno de sus grandes protagonistas la era dorada del fútbol español.

Lo cierto es que Alonso siempre pareció encaminado hacia el éxito, pues llamó la atención ya desde bien pequeño. Nacido en el pueblo de Tolosa, en la provincia vasca de Guipúzcoa, saboreó fútbol desde niño. Su padre, Perico Alonso, fue jugador de elite de Real Sociedad y Barcelona, además de internacional español. Alonso padre también fue centrocampista, aunque con un estilo muy diferente al de su vástago. Si el padre era despliegue físico, el hijo siempre propuso crecer desde el buen toque de balón. Desde pequeño acreditó un gran toque. Y, por supuesto, unas cualidades tácticas realmente llamativas.

Y comenzó a crecer, convirtiéndose en el líder de la Real Sociedad antes de fichar en 2004 por el Liverpool. Con el conjunto inglés conquistó aquella vibrante Liga de Campeones de 2005, cuando su equipo forzó la tanda de penaltis tras ir perdiendo por 3-0 ante el Milan. Pero en 2008 decidió forzar su salida para firmar por el Real Madrid. "Venir aquí es un paso importantísimo en mi carrera. Estoy muy agradecido al Liverpool por todo", declaró. Para entonces, Alonso ya era un jugador consagrado y respetado, un líder casi sin proponérselo y con un temendo peso dentro y fuera del campo.

A pesar de tener lucrativos contratos de publicidad (Gillette, Adidas), el primer plano no es algo que lo haga sentir cómodo. Más que eso, le gusta disfrutar de la chimenea de su salón, de la lectura de la novela negra y de la serena vanguardia de un grupo musical como Wilco. Pero hoy le tocó sentirse el centro del foco durante un par de horas. Por los goles, por su sentido táctico, por su solaridad, por su sereno liderazgo. "Hay que comenzar, ya a partir de mañana, a trabajar la semifinal", fue lo primero que dijo Alonso nada más recibir el trofeo a Mejor Jugador del Partido. Así es el centrocampista español: frío como los personajes de las novelas que más le gustan.

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