Una cita para el trabajo mental

La visita del Villarreal requiere la activación de perfiles motivacionales por el peligro de relajación. Acusadas diferencias con las horas previas en Mönchengladbach.

Emery acarrea un balón en una tarea táctico-lúdica con Coke, Pareja y Arribas.
Emery acarrea un balón en una tarea táctico-lúdica con Coke, Pareja y Arribas.
Jesús Alba, Sevilla

18 de marzo 2015 - 05:02

El deporte en general, y en concreto el fútbol, ofrece situaciones contradictorias desde el punto de vista motivacional, un factor que debe manejar el cuerpo técnico y cualquier director de grupo. Las diferencias son palpables en este plano (y la afición misma también puede incluirse en este saco) entre las sensaciones que reinaban en el ambiente alrededor del Sevilla en las horas previas al partido de vuelta de la anterior eliminatoria en Mönchengladbach que las que hoy ante el Villarreal presiden el prólogo del duelo.

Si prácticamente en Alemania no hacía falta siquiera un trabajo de motivación por lo abierta que estaba la eliminatoria y lo que estaba en juego, el 1-3 alcanzado en El Madrigal requiere un trato especial desde el punto de vista psicológico en cuanto a la gestión del vestuario que debe incidir en no perder la concentración y, sobre todo, la motivación, definida ésta como "la fuerza impulsora de la conducta", lo que determina en buena medida y casi siempre el éxito o el fracaso, en el sentido de que lleva al futbolista a utilizar en mayor medida sus auténticas capacidades.

Existe el riesgo de relajación y existe la amenaza del extra de motivación que tiene el rival ante un reto -una remontada difícil-, que convertir en heroico es una parte importante como para tirar de su extremo de la cuerda más que el Sevilla, que podría caer en la creencia de que lo que hizo en la ida es suficiente. Sin olvidar ciertas tareas de carácter lúdico en las sesiones, el trabajo de esta semana (o desde el domingo hasta la hora del partido) ha ido dirigido a potenciar la responsabilidad y la atención del futbolista en lo que realiza y en lo que tendrá entre manos cuando el árbitro decrete el comienzo del choque. Inconscientemente, porque va dentro de la condición humana, el pensamiento de los profesionales se irá a que el rival necesitará hacer tres goles para pasar la eliminatoria, pero entrarán en acción otros elementos motivacionales que, con carácter individual, pueden ayudar a la concentración en el ámbito colectivo.

Son partidos importantes para los retos personales, para futbolistas que tienen que demostrar ciertas cosas hacia el exterior, ya sea al público, a la prensa o al propio entrenador de cara a los próximos partidos y los nombres propios pueden estar en la cabeza de todos: Deulofeu, Iago Aspas, Arribas... Emery deberá gestionar todo adecuadamente metiéndolo en una coctelera y ofreciendo el mejor producto, es decir, la imagen de un equipo que compita sin perder el control de la situación y sin dejarse llevar por el empuje del contrario. Concentración, motivación, responsabilidad, respeto ante un posible fracaso de consideraciones graves... son palabras clave en un choque como el que se avecina en el Sánchez-Pizjuán, un partido que requiere una preparación especial, distinta a la de otro encuentro con todo por decidir pero no menos importante. Entre otras cosas porque lo que se juega el club es mucho en lo deportivo y en lo económico. Alerta.

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