Cuando en verano se le preguntaba a Txemi por la situación de su hermano Álex decía que lo estaba pasando mal porque no sabía qué pasaría con su futuro. Tampoco se sabía cuál sería el futuro del Lucentum, un conjunto habitual de la ACB que, como muchos otros, la falta de patrocinadores a punto estuvo de llevarse por delante. Ahora, cuando se le habla al escolta cajista de su hermano dice que está en una nube por los extraordinarios resultados de un equipo que en medio año ha pasado de la casi desaparición a clasificarse para la Copa del Rey.

Aun con problemas económicos, pues la entidad se encuentra en concurso de acreedores, el plano deportivo hace olvidar, en parte, las penurias pecuniarias. La clave, como casi siempre, fichar bien. Y no es fácil, ya que hasta 8 jugadores nuevos comenzaron la temporada con el Alicante, tres de ellos sin experiencia en España. A uno, Hazell, se le dio la baja; otro, Singler, lo hizo tan bien que fue al Madrid para sustituir a Rudy Fernández y sólo sigue Dewar. Del resto de contrataciones, todos tenían experiencia ACB, desde un Ivanov que está ofreciendo su mejor versión al veterano Barnes, que hoy cumple 150 partidos en la ACB.

Pero ni siquiera los éxitos deportivos, la clasificación para la Copa por primera vez o el estar metido en la pugna por el play off cambian el panorama. Incluso Vidorreta aseguró el viernes que siente "lástima" porque en un año en el que el Lucentum está en boca de todos, "siendo una perita en dulce para cualquier espónsor, falte un patrocinador que aporte algunos recursos". Quizá meterse en la pelea por el título, como hace siete temporadas, cambie algo. Entonces estaba la marca Etosa por delante de Alicante, y con un sexto puesto los alicantinos jugaron las eliminatorias por el título por última vez. Se quedaron en cuartos (3-2 ante Unicaja), pero ahora el mayor éxito sería encontrar un patrocinador que asegure el futuro de un club modesto.