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La desesperanza del que espera

  • Sisi aguarda una llamada y no entiende la tardanza "con todo ya acordado"

El Betis es un club diferente al resto en todos los sentidos. También en cuanto los fichajes se refiere, ya que lo normal, una vez que los medios oficiales del club lo han hecho oficial, es presentar al futbolista. En Heliópolis no pasa eso, y si han hecho falta más de tres meses para que Emana arribara a Sevilla para cerrar su fichaje, hace ya unas dos semanas que lo de Sisi estaba más que acordado entre las partes (el Valencia, el Betis y el propio futbolista) y sigue esperando una llamada para viajar a la capital andaluza.

La película, sin embargo, no es nueva por aquí. Sin ir más lejos, el año pasado Storari, cuya cesión del Milan no acabo de concretarse después de que el portero estuviese tres días en la ciudad para resolver su incorporación. Lo de Sisi empieza a ser el cuento de nunca acabar, y el extremo empieza a impacientarse. "Sigo esperando. No estoy preocupado porque si hubiese habido algún giro inesperado mi representante me lo habría comunicado, pero es extraño que faltando sólo que los clubes se intercambien la documentación firmada la operación se esté demorando tanto", afirma el aún valencianista, que tiene un acuerdo con el Betis para las próximas cinco temporadas: "El tiempo y las cantidades del contrato están acordados, así que no me queda otro que esperar a que me llamen. De momento, no sé cuándo estaré allí".

Lo que resulta extraño es que de esa oficialidad se pase ahora a obviarlo por completo -Lopera habla de dos contrataciones, las de Mehmet Aurelio y Emana- y que en la radio del club digan que han surgido complicaciones de última hora. "Lo normal es que no pase nada, de lo contrario, al menos, alguien me habría llamado desde allí", señala Sisi, un hombre que estaba en las famosas lisas de Chaparro, aunque no precisamente en los primeros lugares. Jonás Gutiérrez, que se fue al Newcastle, o Angulo (en calidad de cedido) eran los primeros nombres que el trianero barajaba para reforzar el costado diestro, pero luego se decidió que el esfuerzo debía realizarse en otras plazas.

Lo peor es que el centrocampista tiene que firmar aún, por lo que por muy apalabrado que esté todo, las cosas pueden dar un giro de 180 grados. Chaparro no habla de él porque nadie en la entidad le ha comunicado que esté firmado, y eso es algo que comienza a intranquilizar al protagonista. "Sólo sé lo que leo por la prensa en internet. Sé que el entrenador dio una rueda de prensa y vino a decir que mi llegada estaba todavía en el aire. No lo entiendo bien, pero sus motivos tendrá. Yo espero, que no puedo hacer otra cosa, y sigo corriendo y entrenándome por mi cuenta para no perder mucho la forma, aunque lo que desearía es estar con mis compañeros allí, porque ya llevo una semana de retraso respecto a ellos", manifestó el futbolista, quien sigue confiando en que "todo se resolverá pronto".

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