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El "enfermo" Soria

  • El delegado más mediático se despide agradecido a la afición y hasta "al presidente"

Cristóbal Soria, el que ha sido delegado del Sevilla en los últimos once años, desde la temporada 2000-01, se despidió ayer en una rueda de prensa en la que, más que nada, quiso agradecer a José María del Nido la oportunidad de poder ser parte activa de los títulos logrados por el club en los últimos años.

Soria indicó que la decisión de su salida del club fue responsabilidad del presidente, una determinación que dijo respetar pero no compartir. El ex delegado, que será sustituido en su labor en el primer equipo por el ex futbolista Juan Martagón, aseguró sentirse orgulloso de lo vivido en el Sevilla y recordó que no se siente "un sevillista", sino un "enfermo del Sevilla", algo que dejó claro que quiere seguir siendo. "Sólo lamento no poder seguir con esta enfermedad, con esta pasión... Podré seguir siéndolo, pero no desde dentro como hasta ahora", precisó en su despedida con los medios de comunicación.

Quizá ese celo con el que defendió siempre al Sevilla fue malinterpretado por los medios de comunicación de Madrid, que siempre vieron a Cristóbal Soria como una figura no compatible con los valores de deportividad del fútbol. "Es verdad que fuera de Sevilla se produjo alguna situación por la que se me ha colgado una aureola que ya difícilmente podía quitarme de encima", aunque insistió en que "todo lo hacía para defender unos colores".

Soria confesó que desde hace algún tiempo tenía el temor de que se produjera su salida del club, "pues, por diversos detalles, igual que vosotros (los medios), sospechaba que podía producirse esta decisión desde hace varios meses"

El ex empleado del club, que llegó a Nervión junto a Joaquín Caparrós y que luego trabajó al lado de Juande Ramos, Manolo Jiménez, Antonio Álvarez y Gregorio Manzano, quiso despedirse de manera elegante, aunque "dolido", destacando a la afición nervionense como uno de los principales puntales de sus muestras de gratitud.

"Quiero agradecer a todas las personas que han hecho que sea feliz estos once años, sobre todo a la afición del Sevilla, pero también presidente y todos los empleados del club, a los jugadores, y a los entrenadores, por haberme permitido disfrutar de los seis títulos y de aquel ascenso".

La marcha de Cristóbal Soria, aun sin ser parte de la plantilla, supone otro paso decisivo en el cambio de ciclo vivido por el Sevilla, pues fue testigo directo del crecimiento experimentado por la entidad en los últimos años, desde militar en Segunda División hasta lograr el ascenso, clasificaciones europeas y los seis títulos. Evidentemente, como recuerdo negativo, el ex delegado no podrá olvidar la desaparición de Antonio Puerta, un hecho lamentable que le tocó vivir en primera persona.

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