No importa tanto el qué, sino el cómo. Que el Cajasol perdiera ante el todopoderoso Joventut entraba incluso en los planes de los más optimistas. El problema es caer con la imagen de un equipo cuya falta de compromiso e identidad alarma hasta el punto de tirar el encuentro en la primera parte.

El conjunto de Comas reanudó ayer (en doble sesión) los entrenamientos, después de un fin de semana de descanso. El objetivo es recuperar la intensidad mostrada con el Iurbentia y el León, las dos últimas víctimas de un conjunto, el sevillano, cuyo devenir en los partidos desde la llegada del barcelonés al banco se marca antes del descanso: los hispalenses han ganado en los cuatro partidos en los que logró un marcador muy favorable en este parcial, perdiendo, por contra, siempre que sufrió un revés.

Hasta la cita en Badalona el Cajasol promediaba unos números espectaculares en sus victorias en los segundos cuartos: 28 puntos anotados por sólo 17,7 recibidos, lo que le permitía obtener más de diez puntos de renta al intermedio. En los cuatro triunfos la anotación lograda en este periodo había sido la mejor conseguida en todos los parciales

Así, en el estreno de Comas en Gerona, el cuadro hispalense logró un 19-28 a su favor que palió la acometida posterior del Akasvayu, tal y como ocurrió después en San Pablo frente al Ricoh Manresa (26-17).

Las siguientes citas se saldaron con sendas derrotas en Fuenlabrada y en casa con el Gran Canaria, empatando a 17 con los madrileños y perdiendo de dos frente al Gran Canaria en Sevilla. Los de Comas volvieron a la senda de la victoria con el Iurbentia Bilbao en otro final agónico cuyo marcador favorable de 28-18 se vio igualado por otra debacle en los 10 siguientes minutos, en los que los bilbaínos lograron un 8-18. Finalmente, el Caja también sentenció su duelo con el Begar León en otro gran segundo cuarto (17-30) de los de Comas, que se vieron impotentes ante un Joventut al que le salía todo y que sólo se relajó al final.

Pero estos números arrojan otro dato igual de preocupante, ya que la falta de regularidad de los hispalenses y la relajación a la vuelta de vestuarios propician que en los terceros cuartos el equipo encaje también amplios parciales en contra que dilapidan la ventaja. En el equilibrio de esos 20 minutos se cimentan los triunfos de este Cajasol.