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Un equipo con 'Speedy'

  • Superioridad El Betis aprovecha la tremenda velocidad de Mark González para golear al Murcia y vivir su tarde más placentera Roles El brillo perteneció al chileno, pero el mayor mérito estuvo en la solidez

Mark González, por fin, volvió a ser Speedy y gracias a su espectacular velocidad el Betis pudo gozar de su tarde más placentera de los últimos tiempos. Rotundo triunfo frente al Murcia para que los verdiblancos abran una franja de seguridad dentro de esa zona de peligro en la que viven desde el comienzo del campeonato. Afortunadamente, el equipo ha ganado en solidez con Paco Chaparro al mando y el resto ya pertenece al reino de las invidualidades.

En ese sentido, el papel estelar en el partido le correspondió a un chileno llamado Mark, apellidado González y conocido en su país como Speedy antes de que diera el salto al fútbol europeo. El apodo, por supuesto, hace referencia a ese ratoncito mexicano de los dibujos animados que se caracterizaba por su velocidad casi supersónica. Y después de muchos meses sin demostrar apenas nada, el zurdo nacido en la localidad surafricana de Durban tuvo a bien realizar una verdadera exhibición de velocidad sobre el césped del estadio heliopolitano para confirmar que el efecto Chaparro ha servido para darle coherencia a los suyos.

Porque una medida coherente ha sido la rehabilitación de un futbolista que fue contratado el pasado verano como uno de los principales activos para que este Betis tuviera que sufrir mucho menos que en el anterior ejercicio. Paco Chaparro ha sabido manejarse con Mark González. Le ha dado la confianza, cierto, pero cuando el chileno se la ganó y no se la regaló en ningún momento, ya que el extremo ha estado mucho tiempo también en el banquillo con el actual entrenador. El Betis es quien ha salido beneficiado con esa sabia manera de conducirse por parte de su entrenador.

Como ya apuntara hace dos jornadas frente al Real Madrid, Mark González se encargó de enseñarle los caminos a los suyos. Particularmente meritoria fue la acción del primer gol, pues parecía un balón imposible de ser alcanzado. Pero el turbo entró en funcionamiento, Mejía apenas podía dar crédito a que el rival fuera capaz de alcanzar ese balón irremediablemente perdido y, gracias a ello, la pelota acabó en la red de Notario con la colaboración especial del central Arzo. El Betis ya tenía motivos para suponer desde ese mismo instante que iba a vivir una de sus tardes más placenteras de los últimos años.

Pero que nadie equivoque los conceptos. La superioridad del Betis hay que situarla en el haber de los verdiblancos y no en el debe de un Murcia que, eso sí, ofreció una imagen paupérrima, digna de un equipo que ha dado el brazo a torcer y se encamina irremediablemente hacia el descenso. Los anfitriones respiraron hondo cuando se vieron por delante en el marcador cuando ni siquiera se había llegado hasta el cuarto de hora en el cronómetro y se dispusieron a controlar la situación en todo momento.

Nada de locuras, nada de buscar con ansiedad el segundo tanto, nada de regalarle al rival la posibilidad de volver a creer en sí mismo... Chaparro siempre mantuvo a cuatro hombres atrás y encargó a Arzu la labor de apoyo para que el Murcia ni siquiera tuviera opciones de acercarse hasta Ricardo. A partir de esa premisa, pues, la solidez estaba garantizada y sólo era cuestión de saber aguardar al momento justo para que aquello quedara liquidado de una vez por todas.

Las oportunidades fueron produciéndose casi por inercia, sin necesidad de buscarlas de una manera atropellada. Mejía sacó bajo los palos un cabezazo de Edu, Pavone no aprovechó un par de buenas opciones, pero lo principal era no permitir que el Murcia pudiera meterse de nuevo en el juego. Sólo una vez lo tuvieron a tiro los visitantes, pero Ricardo se estiró para encargarse de abortar el intento de Abel desde el borde del área. El Betis había salido ileso de ese único despiste y escasos instantes después llegaría la sentencia definitiva. Otra buena acción de Mark González por su banda, un centro perfecto hacia el segundo palo y ahí comparece, otra vez, Edu para demostrar que es el más listo de la clase. El brasileño sorprende a su marcador por la espalda y sella con la testa el triunfo de su Betis.

Ya nadie podía tener la menor duda sobre el triunfo de los heliopolitanos. El Betis era tremendamente superior a este Murcia moribundo y encima tiene a un hombre como máximo responsable que difícilmente permitirá a los suyos que se tiren al callejón. Chaparro mantuvo el orden tras el intermedio y los goles fueron cayendo con la sensación, aparente, de que ni siquiera era necesario apretar a fondo. Bastaba con tener tranquilidad y eso, con el inquilino de su banquillo, le sobra a este equipo tan bien trabajado. Después le llegaría el turno a Pavone y hasta Sobis se unió a la fiesta. Los nombres propios más rutilantes colaboraron con Mark González en la tarea goleadora, pero por encima de todas las cosas este Betis barrió al Murcia porque fue un equipo con todos sus roles muy definidos.

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