Rostro serio el de Manolo Jiménez en la rueda de prensa realizada tras la derrota de su equipo ante el Valladolid por 3-2. El técnico de Arahal destacó el buen comienzo del Sevilla y la importancia de la expulsión de Luis Fabiano en el resultado final.

Sus primeras palabras hicieron referencia a esa cuestión: "Todos han visto el partido y la importancia de la expulsión, es triste que hayan expulsado al único delantero que teníamos disponible. Le enseñan una tarjeta absurda cuando marcamos el segundo gol, no sé qué pasó, si se ha tirado o no, o si se ha resbalado, pero el árbitro tomó esa determinación y se ha cargado el partido para el Sevilla".

Acerca del gran cambio que supuso la expulsión del brasileño fue claro: "Lo que no es normal es que pase eso cuando el equipo estaba jugando muy bien, generando fútbol y ocasiones, y frenando bien al rival. De pronto en la celebración de un gol hay una tarjeta, y luego la segunda; ahí todo cambia". Jiménez fue rotundo al valorar el cambio del equipo tras la mencionada jugada: "No era sólo quedarse con un jugador menos, sino con el único referente que teníamos, los medios centro dieron un paso atrás y ya no había presión arriba; era cuestión de tener un recurso, otro Luis Fabiano, pero es lo que hay".

El de Arahal también valoró el cambio de Duscher tras el descanso: "Antes del encuentro ya calentaban doce, porque había numerosas bajas y hay muchos castigados por los minutos jugados. Es la tercera derrota seguida, pero hay que analizar cómo se ha producido. Sólo contamos con quince de las 23 fichas ahora mismo".

Preguntado por el árbitro, Jiménez dejó entrever su enfado: "Hay algo que mide todo eso, no sé si lo de Jesús Navas ha sido penalti, he hablado con Marcos, pero queda entre nosotros". Tampoco abandonó la esperanza de recuperar efectivos para la UEFA: "Si hay milagros, quizás recuperemos alguno; si no, estarán los mismos, es lo que hay y al final saltarán al campo once".