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"Se me exigió lo máximo y lo di"

  • Jiménez entiende la preocupación del sevillismo con la situación clasificatoria actual, y recuerda que la "ambición" fue la que hizo crecer al club · El arahalense cree que volverá a su sitio.

Es lo que tienen las semanas tan largas, sin competición por medio, que las derrotas o los malos resultados se hacen eternos y se le puede dar mil vueltas a un mismo asunto. En esta ocasión el banquillo y el trabajo de Manzano son el foco de atención y ello conlleva que surjan todo tipo de rumores sobre sustitutos (Joaquín Caparrós) y todo tipo de comparaciones con sus antecesores (Manuel Jiménez).

Así, el entrenador arahalense analizaba ayer para este diario la situación clasificatoria del Sevilla desde Atenas, donde dirige al AEK, y refrescaba la memoria del sevillismo sobre la gran exigencia que se instaló en este club desde que llegó el primer título en 2006.

"El Sevilla siempre tiene que aspirar a lo máximo y tiene que tener en la clasificación los puntos acordes con el equipo y la entidad que es. Está claro que no verlo así duele a cualquier sevillista, y yo lo soy, pero creo que con el trabajo y la calidad que hay volverá pronto a su sitio", recordaba el que fuera sucesor de Juande Ramos y que tuviera una convulsa relación con el entorno a pesar de sus buenos resultados, sobre todo comparándolos con los actuales.

"Desde la distancia me duele", reitera un Jiménez que conoce a Del Nido y que entiende el estado de preocupación en el que se encuentra la ejecutiva del club: "La ambición siempre ha sido una de las claves, esa ambición del presidente... Yo aterricé estando el equipo en la zona baja y me pedían Champions y al año siguiente que ganara títulos. Pero es que es así. Estábamos terceros detrás del Barcelona y del Madrid y no se estaba contento. Pero tercero era lo máximo y se ha demostrado después. Afortunadamente, dio sus frutos y lo logramos gracias al trabajo del equipo. Luego la gente se cansa de ver siempre las mismas caras y a mí también me hacía falta un cambio de aires".

¿Le duele que no tuvieran la misma paciencia? "Yo no valoro eso. A cada uno se le da lo que se merece y se le exige lo que puede dar. Lo que sí sé es que a mí se me exigió lo máximo y yo di lo máximo. Yo me he movido siempre arriba. El primer año cogí al equipo decimotercero y no entramos en Champions por goal average particular; el segundo fuimos terceros y semifinalistas de Copa; y el tercero llevé al equipo a la final y fui destituido estando a un punto de la Champions", advierte. Sin embargo, y pese a todo ello, mantiene buenas relaciones con la gente del club. "Yo les tengo que agradecer que me dieran la oportunidad de hacer cosas grandes en el fútbol en el equipo de mi vida y ellos también me agradecerán lo que pude dar al Sevilla con mi trabajo", puntualiza.

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