Acb

La fundición hispalense (67-75)

  • El Cajasol fue de menos a más para darse el gusto de vencer a los 'hombres de hierro', los subcampeones ligueros Cerca La Copa está a la vuelta de la esquina amarrando los cinco partidos en casa

Vaya día para romper la mala racha fuera de casa. Triunfo de campanillas en la jornada de reflexión convertida en jornada de inflexión, cambia el rumbo del viento para el Cajasol Banca Cïvica después de derrotar a los hombres de hierro, fundidos ayer por el conjunto de Joan Plaza que nunca se fue del partido por mucho que recibiera algunos parciales negativos. La fe en la defensa, el paso adelante de jugadores como Urtasun, impresionante al lado de casa, de Pamplona, de Bogdanovic y de algunos más y el compromiso fueron las claves para impulsar al equipo hacia la quinta victoria del campeonato y dejar la Copa del Rey un poquito más cerca, prácticamente atada si amarrara los cinco choques caseros que tiene por delante en la primera vuelta.

En cualquier tasca del Bocho, en el casco antiguo, en Indautxu, en Deusto, las charlas son monotemáticas: Athletic. "¿Hace un siglo que no ganamos al Sevilla allí, no?", lanza uno; otro suelta que "el año del nacimiento de mi hijo logramos el doblete, ¿será gafe mi chaval?". Todos son leones. El baloncesto está lejísimos de adquirir este tratamiento , pero intenta hacerse un hueco y poco a poco consigue que se hable de la canasta. Ser subcampeón liguero y jugar la Euroliga, por supuesto, ayuda.

En el Bilbao Arena, sito en Miribilla, la hinchada vive los partidos con la misma pasión que en San Mamés. Aprietan de lo lindo. Lo comprobó el Cajasol de primera mano. Tras la modesta presentación a los visitantes, sonó a todo trapo el Thunderstruck de ACDC con imágenes en el videomarcador de la gesta en Vitoria del pasado miércoles en la Euroliga: los hombres de negro, ya de hierro tras el patrocinio logrado esta semana con una multinacional dedicada a los residuos de origen férrico, desfilando uno a uno con el pabellón animadísimo.

Los prolegómenos podían impresionar. Quizás ocurrió eso y el Cajasol salió hecho un muermo, despistadísimo en ataque, perdiendo demasiadas bolas y con un Paul Davis erre que erre intentando ser protagonista, mientras que atrás el mando era de Banic y las canastas locales se producían a la vera del aro. Muchas facilidades.

En el minuto 7, malas noticias: Paul Davis cometió la segunda falta, aunque Plaza lo dejó en la cancha, y Blums acertó con un triple (16-7). El técnico cajista paró el crono y el equipo respondió con la jugada tonta de la semana. Davis aprovechó el dos contra uno para asistir a Jasen, que falló el mate a dos manos y se agarró a la canasta. Balón para el Bilbao Básket. Hubo muchos tiros cómodos de los visitantes que se salieron, pero también la media docena de pérdidas mermó el rendimiento y permitió a los vascos ganar el parcial por 18-13.

Ahí durmió el Cajasol la contienda. Literal. No le importó tampoco en exceso seguir errando lanzamientos, pero sí se puso las botas en defensa ante el mejor ataque de la Liga. Tras cinco minutos, sólo dos puntos del Bilbao y seis, con Urtasun enchufado, de los hombres de magenta (20-19). Mumbrú jugaba de ala-pívot para dar descanso a Banic y emparejarse con Bogdanovic. Y le salió rentable al serbio, máximo anotador cajista con nueve puntos en el intermedio y autor del único triple.

La estrategia salió a pedir de boca y al descanso el encuentro reflejaba un 28-28, resultado bajísimo aunque más conveniente para el Cajasol que para el Bilbao Básket, grupo acostumbrado a sumar y sumar.

El tercer periodo fue una secuencia de anotaciones de tres por parte de los locales, ora triples, ora dos más uno. Hasta 18 sacó así el grupo de Katsikaris, pero ni así, con ocho abajo tras cinco puntos seguidos de Jackson, se vino abajo el Cajasol. Bogdanovic y un Urtasun con la muñeca y el corazón calientes, amén de un Satoransky más fallón que últimamente pero muy valiente, permitieron a los sevillanos mantenerse ahí a falta de 10 minutos.

En el minuto 34 ya estaba en bonus el Cajasol. Daba igual. La defensa ya había afilado sus garras y los triples de los vascos ya no entraban. Urtasun la pedía y la pedía, se la jugaba de tres, de dos, en bomba, en entrada, sobre la bocina, de todos los colores... El navarro era la estrella. Un triple de él puso el 60-62, otro de Bogdanovic el 62-66 y un tiro con fortuna de Davis el 62-68. El Bilbao ahí murió y el Cajasol lo celebró a lo grande. El aroma de la primera victoria ante un rival de la Euroliga. Ojo que los sevillanos quieren más.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios