El futbolista humilde
Rubén Pérez responde a la idiosincrasia bética, pero lanza un reto ambicioso: "Espero luchar por competiciones europeas". El astigitano elude compararse con Iriney.
"Elegí el Betis porque es un equipo con historia al que siempre he admirado, y por su humildad". Así se resume el mensaje de Rubén Pérez del Mármol (Écija, 26 de abril de 1989), cuya presentación significó el primer acto de un club que ya se encamina a la reválida que va a significar el curso 12-13.
Acompañaron al joven futbolista Miguel Guillén y Vlada Stosic, quien apenas lo definió con unas palabras. "Es un pivote defensivo, práctico, que piensa rápido y con capacidad de trabajo. Lo venimos siguiendo desde hace tiempo, es humilde y tiene ganas de triunfar; espero que lo logre", dijo el serbio.
El presidente sólo quiso darle la bienvenida. "Llega a un vestuario sano, joven y con ilusión. Creo que se adapta perfectamente a lo que es el Betis", anunció Guillén.
Y así es. A Rubén lo escoltó desde Écija gran parte de su familia y amigos cercanos. Extrañó que no dijese que se siente bético, pero a su humildad añade timidez y sinceridad. "Siempre me gustó el Betis, pero salí muy joven, con 14 años, para el Atlético de Madrid", explicaría luego en privado el futbolista, a quien esta maniobra permitió huir de un entorno social complejo, salpicado por algún episodio desagradable.
Pero Rubén ha tenido tiempo de crecer. Y de olvidar. "Quiero sentirme un jugador importante este año, sentirme uno más y pelear para que el entrenador me dé minutos", dice con seguridad, tras una etapa sin ellos en Getafe y tras haber sido titular en su primer año en la élite con el Deportivo. "Salí del equipo en la novena jornada, al no poder jugar frente al Atlético por estar cedido, y ya me costó volver a entrar. No me ocurrió nada más en Getafe", cuenta, quizá orgulloso de que esa cláusula del miedo no exista ahora con el Betis. Tampoco hay pactada una opción de compra. "El Betis no podía llegar a una cantidad muy elevada; por eso, si al final Rubén realiza un buen año y quiere quedarse negociaremos con el Atleti una compra", aclara Stosic.
Habla poco, pero piensa lo que dice; es listo. Por eso elude ser catalogado como el sustituto de Iriney. "Él es un jugador importante y que ha marcado mucho, pero acababa contrato. Si se queda al final, la competencia será mejor, pero yo no me voy a comparar con nadie; vengo a ayudar y trabajar", apuesta. Ahí Stosic no es que le eche un cable. "Hasta el 31 de agosto pueden ocurrir muchas cosas y venir alguien más, pero en principio Rubén viene como pivote defensivo", repite el director deportivo.
Fiel a su discurso lineal, el ecijano habla de objetivos con naturalidad, pero con ambición. "A nivel personal, no me gusta hablar, pero a nivel colectivo espero poder luchar por una competición europea", se marca como reto.
Rubén no tuvo fortuna en el Atlético, en el que Quique Flores le dio algún partido. La competencia no le permitió destacar, como a De Gea o Domínguez, campeones de Europa sub 21 como él el curso pasado. Allí coincidió con Ander Herrera, Muniain, Diego Capel, Mata, Adrián, Javi Martínez... Hoy todos triunfan; él quiere hacerlo en el Betis. Antes, busca piso en Sevilla para vivir con su novia previo a irse unos días de vacaciones a Italia.
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