Un partido ante el líder siempre viene cargado de duelos. En las bandas, por el centro, pero también en la portería. Y más en esta ocasión, donde se veían las caras los dos metas que más paradas han realizado en el campeonato. Ricardo, el internacional luso que exhibe sus extraordinarios reflejos, y Casillas, San Casillas, el salvador del Madrid en la mayor parte de los encuentros.

El duelo lo ganó Ricardo, porque el Betis se llevó el partido, pero ambos mostraron las cualidades de siempre. Casillas, que intervino menos que en otros partidos, apareció cuando el Madrid más lo precisaba para mantener sus opciones. El portugués tampoco necesitó obrar el milagro de otras ocasiones, pero sí presentó firmeza y seguridad para tranquilizar a la zaga bética en un día de trabajo acumulado.

El madridista acudió a Heliópolis como el segundo portero menos goleado de la categoría y, en el día que menos le dispararon a puerta, sólo en tres ocasiones, le hicieron dos goles. Pero nada se le puede achacar a un meta que exhibió su calidad en el segundo tiempo, cuando Pavone lo fusiló a quemarropa y desvió un balón que parecía gol. Ahí apareció San Casillas, el que más puntos logra para el Madrid, pero que ayer salió derrotado.

En el primer tiempo, Casillas acabó derrotado por K.O. No realizó acción meritoria alguna y, en cambio, encajó dos goles, aunque nada pudo hacer en ambos. Lo único cierto es que parece que el Madrid no examinó al Betis como debía, pues ambos tantos fueron ejecutados de una manera que ya empieza a ser la jugada de play-station bética. Centro desde la banda izquierda y remate de cabeza pasado el primer palo, una acción que le sirve al Betis para solventar los partidos.

Tampoco es que Ricardo fuera exigido en demasía, pero el luso sí mostró algunas de sus virtudes. Una buena parada en una falta directa, su lunar hasta ahora en el Betis, cuatro buenas salidas por alto y una gran calidad en el manejo del balón con el pie. El portugués, que sólo realizó tres intervenciones, volvió a tener un aliado en el poste, el decimocuarto de la temporada, colocándose como el portero que más balones recibe en las maderas. Van Nistelrooy se plantó ante Ricardo y su peculiar definición, que siempre parece en semifallo, se estrelló en el poste derecho. Un guiño de la fortuna para el ganador del duelo.

Pero quizás lo mejor de Ricardo fue lo que transmitió al equipo en los momentos decisivos, tanto en las salidas por alto como en la colocación para solventar las jugadas. Y también en las continuas llamadas de atención sobre su defensa, o sobre el equipo al completo, si atendemos a sus declaraciones del martes, cuando ejerció de líder en el vestuario para que nadie se durmiera en los laureles.

El resultado manda y en esta ocasión desequilibró la balanza a favor de Ricardo, pero ambos porteros demostraron las cualidades que los llevan a encabezar el escalafón de la temporada. Casillas y sus reflejos, Ricardo y su solvencia. Esta vez la fortuna se alió con el portugués y le denomina vencedor del duelo. Hasta el próximo. ¿Será en la Eurocopa?