Un larguísimo viaje de Polonia a Letonia ha sufrido este Caja San Fernando/Cajasol desde su última presencia europea hasta hoy, cuando su nombre regresa al Viejo Continente gracias a la desdicha vivida en Gerona con el Akasvayu y que ha dado pie a que casi 3.000 días después el equipo sevillano palpe los sabores de competir con rivales más allá de los Pirineos. Ya era hora, aunque los aficionados se conformarán con seguir on line esta rentrée en la escena europea al no ser televisado el encuentro, más que por un canal de pago letón. Una lástima en estos tiempos de las nuevas tecnologías y en los que casi todo se puede seguir por el televisor.

Riga, bañada por el frío del Báltico e inscrustada en el golfo del mismo nombre que la capital letona, es una ciudad histórica en el baloncesto continental. Su hazaña se remonta a los años 1958, 1959 y 1960, cuando bajo la batuta táctica del legendario Alexander Gomelski alcanzó los tres primeros títulos de la extinta Copa de Europa, hoy Euroliga. Aquella tropa, como la del CSKA en Moscú, estaba formada por militares y bien que les fue a los letones con la disciplina castrense del coronel, fichado por el club moscovita en 1966.

El equipo de la antigua URSS añora aquella etapa dorada y juega este año con la intención de recuperar un sitio en el continente después de que desapareciera en 1991 y se refundara en 2004. No le va mal en la empresa. Ha eliminado al Cholet en la primera serie de la Eurocup. Manda por encima de escuadras de mucho peso (Zalgiris, Lietuvos, Barons...) en la Liga Báltica y ocupa la segunda plaza de la competición de su país.

Ramunas Butautas, seleccionador lituano, dirige la estrategia en el ASK. Presenta un combinado serio, rocoso, que ha vencido a domicilio al Zalgiris y al Lietuvos, y que presiona en el Riga Arena, un pabellón con 10.500 asientos. Presenta varios pilares, con el ex cajista Corey Brewer guiando desde el puesto de base, además del ala-pívot Ricardo Marsh, máximo anotador con un promedio de 14 puntos en la Liga Báltica, el crosta Bruno Sundov, pívot croata de 2,20 con buena mano y verdugo del Cholet, Sandis Valters, escolta vástago del mítico Valdis, el ala-pívot serbio Milutin Aleksic, un seguro en la anotación con 13 puntos de media, y el pívot Uvis Helmanis, internacional letón. Otros jóvenes internacionales del país como los pívots Raitis Grafs y Gatis Jahovics y los aleros Ernests Kalve y Dairis Bertans, además del base lituano Andrius Mazutis, completan la equilibrada plantilla.

El Cajasol va en el camino opuesto a su adversario. Negrísimo se presentó el panorama con cuatro derrotas en otras tantas jornadas ligueras, aunque hizo virtud del contratiempo al sacar las castañas del fuego y derrotar al Real Madrid fuera nada más tirar Bennett para Estados Unidos. Ese comportamiento, con todos los jugadores implicados y sacando a relucir sus armas ofensivas, es el único que vale para seguir adelante en la Eurocup y no pasar a la menor Eurochallenge en caso de derrota. Pecile se presenta como el líder tras la marcha de Bennett.