Por mucho que los medios de Madrid quieran vender la Liga española como la mejor del mundo, lo cierto es que hay tanta diferencia entre Real Madrid y Barcelona y el resto de equipos que provoca que todo esté muy igualado. Tanto es así que el Betis, con la victoria de en La Romareda, encadenó la segunda consecutiva para situarse a tres puntos de la Liga Europa, a cuatro de los puestos de Champions y seis por encima del descenso, por lo que el debate sigue abierto. ¿Cuál es la liga del Betis?

El conjunto verdiblanco se había convertido esta temporada en una especie de Robin Hood, obteniendo buenos resultados ante esos ricos que están luchando en la zona alta de la tabla y siendo dadivoso luego con los pobres de la zona baja. La victoria ante los maños, por la gran actitud que mostraron los futbolistas, tiene además el valor de romper esa barrera que los heliopolitanos tenían ante oponentes que pelean por no descender.

Pero no se debe olvidar la parroquia bética lo mal que le sienta a los mismos que estuvieron anoche en el campo el azuquita cuando el viento es favorable. Sólo si Mel y sus futbolistas son capaces de digerir bien las alabanzas podrán hacer que la afición comience a soñar. Siempre que el objetivo más inmediato, la permanencia, la hayan conseguido.

Precisamente, el otro partido estuvo en los banquillos, pues el preparador del cuadro heliopolitano y Manuel Jiménez no pararon ni un instante de dar instrucciones a sus futbolistas. Ambos no se sentaron en el banquillo, animaron a los suyos e intentaron mover las piezas en busca de un triunfo que cayó de lado del Betis, simplemente, porque tiene más calidad que un Zaragoza que va camino de convertirse, antes de tiempo, en equipo de Segunda División.

Y esa calidad la resume bien Rubén Castro, que con sus dos goles de ayer suma 9 en lo que va de temporada. Una cifra importante teniendo en cuenta que aún quedan muchos encuentros por delante. El delantero canario volvió a rememorar en La Romareda el partido de vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey de la temporada pasada, donde participó en el primer gol -dio un pase a Jorge Molina y Contini marcó en propia puerta- e hizo el segundo para situar al Betis en octavos. Da igual que juegue en la banda o se intercambie posiciones en ataque con Molina o Roque Santa Cruz, pero tiene gol y ayer lo demostró, como el día del Athletic, a la hora de definir ante Roberto.

El 24 es sin duda el referente ofensivo de un Betis que le brindó a los suyos una alegría que ha de refrendar ante Getafe y Levante antes de recibir en el Benito Villamarín al todopoderoso Real Madrid. Esos dos partidos pueden marcar el devenir del conjunto de Mel en una liga mediocre por mucho que desde la capital se empeñen en lo contrario.

El bético cauto se fue ayer a la cama pensando que su equipo dio ante los blanquiazules un pasito más en busca de una salvación que va a estar muy cara, mientras que el bético más exigente no esconde su deseo de que los de Mel puedan dar un paso más y engancharse al grupo de la zona media alta que lucha por entrar en Europa, quintando las plazas que ya parecen tener Barcelona, Real Madrid y Valencia. La pregunta está en el aire. ¿Cuál es la liga del Betis?