La ACB da muchas vueltas, por mucho que los gallos siempre sean los mismos y acaben ubicados en los primeros puestos de la clasificación. Hay bandazos entre los medianos, los aspirantes a colarse en las grandes citas como la Copa y el play off, y los pequeños, que lo mismo un año están de cine y salvan la categoría con holgura y en otras ocasiones pegan un batacazo antes de concluir la fase regular. Viene al caso esto por la situación del Gran Canaria y el Cajasol. Los isleños se han habituado a estar entre los ocho mejores a mitad de curso y también al final del mismo. Los hispalenses, en cambio, han sufrido pesares y lamentos en las recientes temporadas, obteniendo como mejor botín una participación copera hace tres años en Málaga.

Las tornas han cambiado. El Gran Canaria se queda esta temporada sin su clásico de febrero, competir en la Copa, mientras que el Cajasol ya tiene abrochado el cinturón para volar a Bilbao en un mes y una semana. Cuando vienen bien dadas y la inercia llega a ganar partidos que se tuercen -caso de los dos últimos caseros frente a Alicante y Manresa- no queda otra que aprovechar el momento. Ahí incide Joan Plaza a su plantilla. Quiere la undécima victoria en una dorada primera vuelta. Y la buscará en Las Palmas, un lugar poco propicio para los cajistas, pero que esta temporada no es tan inexpugnable.

Superar la decena de éxitos este mediodía en el archipiélago colocaría al Cajasol en una fabulosa posición para aspirar al play off, objetivo en ningún modo exigido a Plaza cuando firmó pero que con el paso de las jornadas se va poniendo más a tiro, por muy lejos que quede aún mayo. Haciendo un repaso por las 10 últimas campañas, incluido el atípico ejercicio 08-09 con un equipo menos en la ACB y 32 choques en total en la fase regular en vez de 34, casi siempre el equipo que acumulaba 11 victorias a estas alturas terminaba entre los ocho mejores y, por tanto, disputando el play off. Sólo el Pamesa, en la 04-05, desperdició su ventaja en la primera vuelta, pues era sexto con un balance de 11-6, para acabar noveno con 18 triunfos y fuera de la lucha por el entorchado liguero.

Aunque ni a Plaza ni a ningún entrenador le guste vender la piel del oso con antelación, ilusiona saber que un triunfo en el Centro Insular allana el camino con vistas a un éxito que no consigue el club sevillano desde la campaña 99-00, cuando por aquel entonces, y con el factor cancha a favor, el Tau dejó fuera de las semifinales al entonces Caja San Fernando. Peldaño a peldaño, obviamente, es la forma de lograr gestas y esta temporada quizás la afición sevillana saboree algo más que la participación en la Copa.

Lo dicho, lo primero es sacar con nota la cita ante un Gran Canaria que está decepcionando. Divaga por la tabla con seis triunfos el equipo del ex cajista Pedro Martínez, pese a que mantiene un buen número de piezas, como Savané, Norris, Fisher, Moran, Sanders... Los puntos del especialista Carroll parecen no valer lo mismo que los que hace un año sumaba el hoy baskonista Carl English e incluso se echa de menos la sobriedad de Mario Fernández en la dirección.

No obstante, es obvia la dificultad de cualquier equipo cuando se asoma a la vetusta pista isleña, como le ocurrió hace unas semanas a Unicaja. El grupo de Martínez suspendió los primeros exámenes para la Copa y debe recuperar en los próximos 18 encuentros el tono para estar con los mejores a final de curso. Los sevillanos, sin embargo, se han aplicado y suman cuatro triunfos más que un equipo que basa su juego exterior en el citado Carroll, con Augustine y Savané sacando músculo dentro de la pintura. Se le ha atragantado la Eurocup intersemanal, siendo el único equipo español que aún lucha por pasar a la siguiente fase, y en la ACB tampoco van sobre ruedas.

El Cajasol llega encantado de la vida gracias a su poderío defensivo, pese a que el último choque con el Manresa demostró que el atasco ofensivo se hace carne en fases demasiado prolongadas, como los más de nueve minutos en los que sólo anotó un tiro libre Xavi Rey. El trabajo de Plaza va por esos derroteros, tratando de incluir en la dinámica de grupo a Radenovic, hacer que dé una alegría Ager con un partido completo, tranquilizar a Miso con la batuta cuando Calloway esté gris y seguir sacando provecho del tino de Savanovic o Ellis. La ocasión de sumar la undécima victoria bien vale dejarse la piel en Las Palmas, con ese sueño de ir al play off, reto al que el Cajasol ya le tiene echado el ojo.