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La lluvia regresa este fin de semana a Sevilla

El pecho muy henchido (4-0)

Betis - Zaragoza · la crónica

El Betis ejecuta perfectamente su trabajo y barre al Zaragoza del campo, aunque debe esperar unos días para la fiesta. Rubén Castro ya había marcado a los 13 segundos el 1-0.

Foto: Antonio Pizarro
Francisco José Ortega / Sevilla

26 de mayo 2013 - 21:45

El Betis tiene motivos de sobras para henchir su pecho y caminar orgulloso. Por mucho que el gol postrero del Rayo deba postergar la fiesta durante unos días, los verdiblancos hicieron perfectamente su trabajo y golearon al Zaragoza por la sencilla razón de que salieron al terreno de juego con toda la cuerda dada. Tanto que a los 13 segundos del partido ya había subido al marcador el primer gol, obra de Rubén Castro, después de una excelente jugada de los hombres de Pepe Mel. Y dice la sabia sentencia popular que quien da lo que tiene no halla ningún motivo para reprocharse nada. Así que el Betis puso todo de su parte para provocar la felicidad de los suyos y ahora deberá aguardar seis días más para confirmar que su retorno a Europa es un hecho.

Aunque tal vez el Betis ya sea equipo de la Liga Europa para la próxima temporada, le basta con que el TAS, el tribunal que se encarga de dilucidar los conflictos deportivos en el continente, no le diera la razón al Rayo en el caso de que éste recurriese la decisión de denegarle la licencia. Todo muy fácil, por lo demás, pero lo que más interesa en estos momentos es saber que el equipo de Mel se lo ha ganado de sobras con su fútbol, con los resultados que ha ido adicionando a lo largo de un campeonato tan largo como es la Liga española. Aquí no hay más argumentos que mirar el casillero de cada equipo y en el caso del Betis lucen 55 puntos, nada más y nada menos que 55 para una plantilla confeccionada con escasos medios económicos, lo que multiplica si cabe esos méritos contraídos.

Pero todo eso pertenece al balance final y tampoco hay que precipitarse en ese tema cuando sólo restan seis días para que la Liga se finiquite. Aquí se trata de analizar lo que ocurrió en la tarde de ayer en el partido entre el Betis y el Zaragoza y en ese sentido todos convendrán en que el monólogo fue absoluto. Los anfitriones se impusieron desde la primera jugada del encuentro hasta la última y el resultado, ese 4-0 tan rotundo, no hacía más que certificar lo que había sucedido sobre un césped tal vez algo más seco de lo deseable.

Y todo sucedió de esa manera gracias, entre otras cosas, a las decisiones que adopta Pepe Mel a la hora de disponer a sus peones. Porque el técnico apostó por una alineación algo diferente, con la osadía de sacar a tres delanteros claros desde el principio y encima acompañarlos con Salva Sevilla desde su posición de falso extremo izquierdo en esa asimetría que tanto le gusta al entrenador madrileño. Pero para que sus méritos aún fueran mayores iba a ser decisivo desde el principio que quien partiera desde la banda derecha fuera Rubén Castro y no Pabón como en otras ocasiones, ya que el colombiano acompañaba a Jorge Molina por el centro del ataque.

Pues con esa combinación, a los 14 segundos, en la primera jugada de ataque, ya iba a combinar Jorge Molina con Rubén Castro en la entrada de éste por la derecha. El canario se encargó del resto, dejó tirado al defensor visitante Álvaro y puso el 1-0 en el marcador sin tiempo para que los futbolistas hubieran roto a sudar siquiera. El Betis estaba obligado a sacarse la espina por la desidia mostrada ante el Mallorca y no había mejor manera de hacerlo que ésa.

Partido encarrilado desde muy pronto, pero esa situación puede ser peligrosa si no se sigue igual de concentrado. Eso fue justo lo que hizo el Betis, seguir exactamente igual, no subir el pie del acelerador y buscar una y otra vez los balones hacia la banda derecha de la ofensiva para que Rubén Castro hiciera sangre en una defensa extremadamente débil como la que puede poner Manolo Jiménez en liza. El canario se hartó de entrar por allí y los 11 minutos ya debió conseguir el 2-0 en un cabezazo en solitario. Pero tampoco pasaba nada, apenas serían necesarios seis minutos más para que un balón profundo de Salva Sevilla hacia el propio Rubén Castro cogiera a todo el Zaragoza descolocado, particularmente al meta Roberto. Pase atrás hacia Pabón y ventaja de dos goles. Así de fácil y también así de meritorio.

El Betis había hecho su trabajo muy prontito y sólo le restaba conservar los réditos conseguidos y esperar a que le llegaran buenas noticias desde el exterior. Cuando el Getafe se puso por delante, ya parecía que la fiesta no se podía detener y hasta salieron banderas europeas para celebrarlo. Pero después habría algún disgusto, incluso hasta cierto desconcierto a pesar de que Jorge Molina y Pabón se habían encargado de rematar la goleada en un partido absolutamente dominado por los béticos en todas las facetas del mismo. En definitiva, la clasificación para la Liga Europa no es matemática por el triunfo final del Rayo, pero el Betis tiene casi los dos pies en Europa y es así por sus propios méritos. Sea hoy o la próxima semana, hay motivos de sobras para la celebración.

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