Nik Caner-Medley estaba radiante en Sevilla, en el club, con el entrenador, con la afición, con la directiva, con su rendimiento en la cancha... El sentimiento del cuerpo técnico era recíproco. Tenías muchísimas papeletas para proseguir su carrera deportiva en San Pablo, pero un incidente muy grave ha sido considerado imperdonable para la entidad.

Resolvió al fin el club el expediente abierto al ala-pívot estadounidense y al pívot senegalés Michel Diouf por la pelea que protagonizaron a finales de abril en una conocida discoteca de Nervión, que acabó con Caner-Medley en el hospital por los golpes recibidos, aunque fue él quien originó el duro rifirrafe con consecuencias nefastas para su porvenir en nuestra ciudad.

El Cajasol decidió imponer la multa económica más alta que permite el régimen interno del club al ala-pívot, aunque no ha trascendido la cantidad, por ser considerada como una falta muy grave. Del mismo modo, y dado que terminaba contrato, no se le ofrecerá la renovación.

El premio se esfumó cuando en la pista ganó muchos enteros para contar en el nuevo proyecto, sea Pedro Martínez u otro el entrenador elegido. Con unos promedios notables en los 20 encuentros que ha disputado como jugador cajista (11 puntos y 8 rebotes), el ala-pívot brilló de forma sobresaliente en cuatro encuentros con más de 20 puntos de valoración, sobre todo en la visita de los sevillanos en el triunfo en Badalona, cuando terminó con 31.

Además, su juego está ligado a la garra de la que carecía este equipo durante el primer tercio de curso, virtud que también enamoró tanto a los técnicos como a los directivos.

En cuanto a Diouf, se le impone la "segunda sanción más elevada" que señala la normativa interna del Cajasol, acorde con el reglamento del filial. No obstante, en su caso, y teniendo en cuenta la buena trayectoria que había tenido anteriormente, tanto en lo personal como en lo profesional, amén de su juventud y proyección, seguirá en el equipo.