Desde mi córner

Sobre "penaltitos" y "manos grises"

  • Medina restablece la autoridad máxima del árbitro y deja el VAR para lo trascendente

CON más frecuencia de lo normal, el ser humano se da de bruces con frases que piden mármol y buril. La más reciente ha salido de la boca de mi dilecto Luis Medina Cantalejo, el jefe de los auténticos mandamases del fútbol, los árbitros. Ha dicho el ex árbitro sevillano en la presentación de las innovaciones arbitrales lo siguiente: “Intentaremos que se reduzca el número de penaltis por esas manos grises que provocan desaliento”.

Pues a ver si hay suerte y el desaliento amaina hasta el punto de que nadie sea ya capaz de sentirse voluntariamente perjudicado. Pero por muy buena voluntad que se prometa, lo de las manos grises cuesta entenderlo. Con esto también se propaga que será el árbitro de campo quien verdaderamente decida, sin que su labor se vea manipulada desde el laboratorio por cualquiera de esos escudriñadores que ven habitualmente lo que parece que quieren ver.

Nada de penaltitos por manos grises promete el hombre que hizo que Zidane tuviese que hacer mutis por la puerta falsa. Con esta medida se vuelve a que el error humano retome vigencia y ya se sabe qué pasa cuando todo se fía a la decisión del hombre. Parece que el VAR pierde protagonismo y ya no sabe uno si eso es positivo o negativo, si bueno o malo, si será igual de decisivo el área del Bernabéu o la de Montilivi. Cuestiones que impelen a la duda y cuanto eso conlleva.

El fallo objetivo parecía que vendría de la mano del VAR, pero ya se ha visto que la perfección no existe, sobre todo cuando entra a colación la mano del hombre, tan manipuladora en ocasiones. Indudable la buena voluntad y el afán de corregir de Luis Medina, es una pena que lleguemos a esto después de haberse desaprovechado las bondades del artilugio. A ver si con la disminución de penaltitos por manos grises se recupera algo de la credibilidad arbitral.

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