Plácido triunfo del Caja 87 ante el Valle de Egües (74-96)

Ante un rival de la zona baja el Caja 87 dominó el encuentro desde el inicio, rompiendo el marcador definitivamente en el tercer cuarto

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Dedovic trata de entrar a canasta ante el local Knotek.
Dedovic trata de entrar a canasta ante el local Knotek. / Miguel Jimeno / Valle de Egües

El Caja 87 sumó el quinto triunfo de la temporada, en seis jornadas, para seguir en la pelea en la zona alta de este Grupo Oeste cada vez más dividido entre los de arriba y los de abajo. Demasiada diferencia de nivel como demostró este duelo del equipo sevillano frente al Valle de Egües, en el que logró un cómodo triunfo por 74-96 que no fue más plácido por los errores propios y la sensación de verse muy superior a un rival peleón que cada vez que se acercaba veía como un acelerón visitante ponía de nuevo las cosas en su sitio.

Siempre mandó en el marcador el equipo sevillano desde la primera canasta de Dedovic, un jugador clave que tiró de los suyos cuando las cosas parecían complicarse más de lo esperado. Ya en el minuto 5 Dibba colocó el 2-14 demostrando la diferencia entre uno y otro. Jugaba fácil el equipo de Adrià Alonso, que aprovechaba las pérdidas del rival para correr y anotar con facilidad, aun con el desacierto típico de este inicio liguero desde el triple. El 11-21 al final del primer cuarto hacía que el choque pintara muy bien, con el estadounidense Knotek sosteniendo al cuadro navarro, castigado por las ocho pérdidas. Pero el Caja 87 lo vio tan claro que empezó a atacar mal, sin compartir el balón, con los jugadores haciendo la guerra por su cuenta para agrandar sus estadísticas y las malas selecciones de tiro permitieron al Valle de Egües meterse en el encuentro con Lacunza sumando puntos. Pudo incluso colocarse a tiro de canasta, pero Knotek falló un triple antes de que Dibba sacara un 2+1 en la pintura.

Si acertó Knotek después (30-34), pero reaccionó el conjunto visitante y con un parcial de 1-10 se fue al descanso con el marcador muy de cara (31-44) demostrando que tenía más puntos que su rival a poco que atacara de forma colectiva.

El Caja 87 entendió cómo debía afrontar el partido. En el intercambio de golpes saldría ganador y arrancó el tercer cuarto con un punto más de intensidad para colocar pronto el +17 (31-48). Pero de nuevo tropezó en la misma piedra. Clarke sigue sin entender que el balón se comparte y encima ha perdido el acierto de las primeras jornadas. Fallón el exterior, los navarros lograron un parcial de 15-2 con Knotek tirando del carro para ajustar el luminoso hasta el peligroso (46-50). Sin embargo, las sensaciones eran una cosa y el marcador otro. Pese a ello, Adrià Alonso, que siempre trata de encontrar soluciones en pista antes de pedir tiempo muero llamó a capítulo a los suyos. Seguramente más que por ver peligrar el partido por permitir, otra vez, que el rival se metiera en el encuentro. Pero fue la definitiva. Un triple de Dedovic mostró el camino y el capitán cajista asistió después a Latorre y Jankovic para abrir de nuevo brecha muy pronto, ya sin capacidad de reacción del otro lado. Un parcial de 5-21 dejó el encuentro con 51-71 a falta de 10 minutos por jugar. Todo resuelto de una vez con el coriano Joaquín Cebolla dando un paso adelante en ataque.

Y ya no dio más licencias al contrario el Caja 87, consciente también de la importancia de los averages y de demostrar una solidez que sirva como mensaje a navegantes, a propios y extraños. Al final todo acabó como empezó, con un baloncesto fácil, compartiendo el balón en busca del tirador liberado para ganar por 74-96 y seguir ganando en confianza a la espera de que lleguen los duelos con los rivales directos con los que se jugará el ascenso, ese objetivo marcado desde el inicio.

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