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En plan Betis

  • Encrucijada Mel recupera el estilo que hizo grande a su equipo tras el fiasco ante el Espanyol Once Jonathan Pereira y Pozuelo, principales novedades

Con un sol que no entraba en los pronósticos meteorológicos a primeros de semana recibió ayer Santander al Betis. El equipo quedó alojado en el Palacio del Mar, un hotel a escasos cincuenta metros de donde esta tarde dirimirá los puntos frente al Racing. Tres puntos importantes para los verdiblancos en pos de atajar la sangría de derrotas que los asuela y para un rival que está inmerso en una crisis institucional hermana de la que el Betis sufrió con Lopera.

Pero a la hora de la verdad y, aunque parezca un tópico, el fútbol se reduce a once hombres vestidos de corto contra otros once y ahí puede ocurrir cualquier cosa. La crisis de resultados del Betis se mide con otra de más calado en el Racing, aunque atenuada por su último empate en Nervión.

No ha gustado, evidentemente, en las filas heliopolitanas que su oponente de esta tarde haya dispuesto de dos días más para descansar y preparar el partido, pero hasta que los clubes no acaben con la dictadura televisiva que encabezan los dos colosos del fútbol patrio, un día les tocará a unos sentirse agraviados y el siguiente al de al lado, excepto a los citados, que vienen a tener horarios a la carta y prebendas de todo tipo. Así, mientras en el Racing se va a alinear el senegalés Diop, toda vez que desde el martes pasado ha tenido tiempo más que suficiente de dejar atrás un esguince cervical, en el vuelo chárter que ayer a mediodía partió desde Barcelona hacia Santander ya no figuraban como expedicionarios Santa Cruz, Mario, Chica ni Amaya, aunque las secuelas de este último no sean consecuencia del duelo frente al Espanyol.

Sí tomó asiento en el avión Álex Martínez, quien ya el viernes se unió al extenso grupo en la Ciudad Condal debido a las bajas de los anteriores y de un bocadillo que amenaza su alineación, aunque a tenor de lo visto en el entrenamiento de ayer parece haber mejorado.

Con todo, la alineación guardará algunas incógnitas lógicas hasta última hora, aunque más allá de los once hombres que se alineen por parte heliopolitana la principal novedad va a ser la ya anunciada ayer en estos mismos renglones y que no es otra que el regreso al estilo de juego que hizo grande al Betis de Mel, olvidando por completo ese ínterin de Cornellà cuya única lectura positiva fue saber que así no puede jugar más este equipo por dos razones: porque no sabe ni está confeccionado para ello y porque el aprendizaje conllevaría unas semanas de laboratorio más propias de la pretemporada que del momento actual del curso.

Lo tiene tan claro Pepe Mel como estará el cielo de Santander esta tarde a la hora del partido. El madrileño, un hombre de principios, incluso frunce el ceño cuando se le pregunta por el choque del pasado jueves. Hoy, como el propio Casto aventuró, el Betis saldrá a por todas desde el minuto cero, sin guardarse nada, ante un equipo que amén de en oxígeno pueda ganarle un tanto en moral gracias a ese punto logrado ante el Sevilla y que a los verdiblancos se les resistió en Barcelona.

El Racing no es nada del otro jueves y, de hecho, ocupa puesto de descenso sin conocer aún qué es la victoria. Anduvo muy cerca de ella en Nervión pero lo evitó Manu del Moral, obligándolo a sumar su quinto punto de la temporada, siempre de uno en uno. En sus cuatro comparecencias como local, los hombres del investigado Héctor Cúper han firmado tres tablas y una derrota frente al Espanyol. Tradicionalmente, Santander es una buena plaza: aquí ganó el Betis con doce futbolistas unos minutillos al no salir del campo Mel cuando fue sustituido por Loreto, aquí ha mandado el Betis al Racing a Segunda B tras una exhibición de Chano, aquí se salvó del descenso en 2008 de la mano de Chaparro gracias a dos goles de Edu, aquí ganó el Betis su Liga en abril de 1935...

Buenos recuerdos trae Santander al Betis y el partido de hoy, que nunca será tan recordado, sí podría convertirse en punto de inflexión coyuntural para el adiós a una racha nefasta. Para ello, Mel, con toda la cuerda dada, alineará a Casto en la portería, con Ustaritz y Dorado en improvisado y obligado eje de la zaga y dudas en ambos laterales, donde Juanma e Isidoro, a un lado, y Nacho y Álex Martínez, en el otro, optan a una plaza. El mediocampo será para los mismos, es decir, Iriney, Cañas y Beñat, y en la punta del ataque el madrileño buscará la movilidad y la velocidad con los tres pequeños, Rubén Castro, Jonathan Pereira y Pozuelo. Con el gallego, además, pretende ese plus que puede darle su regreso a un lugar donde es querido y triunfó durante una de las cesiones del Villarreal.

Un once, en definitiva, dinámico, para que la crisis de resultados se quede en esta mini gira que se inició torcida en Barcelona. Y para ello lo más importante es que el Betis jugará en plan Betis, que así le va mejor y, si encima marca primero, podría convertir El Sardinero en un polvorín tras las dimisiones de Pernía y compañía. Aunque ojo si es al revés, que las desgracias unen y la guerra de la grada no va contra el equipo.

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