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El plan A, defender, se rompió en una carrera

  • La expulsión de Westermann tapa la falta de ambición

Bien armado atrás y con la clara intención, casi la única, de dejar su portería a cero, el Betis salió a defenderse sin el balón. No lo necesitaba. Casi no lo quería, porque cuando estaba en su posesión, pese al primer susto que dio Rubén Castro al inicio del choque, la portería del rival quedaba muy lejos pues siempre se jugó en el campo de los verdiblancos. La expulsión de Westermann no sólo marcó el encuentro, sino que dio una excusa a Juan Merino para que los suyos se encerrasen aún más atrás. Pero creer que ante el Barcelona se puede aguantar los 90 minutos defendiendo es una necedad. Incluso contra un Barça que jugó andando. Pero a los azulgrana andar les sirve para ganar. A este Betis el trote cochinero sólo lo lleva a la derrota.

Defensa

Merino repitió, como en el derbi ante el Sevilla, con la opción de Bruno en el lateral derecho, pese a que se las tenía que ver con Neymar, quien pronto le sacó la tarjeta amarilla. Muy ordenado, con N'Diaye y Petros cerrando los espacios y con Joaquín presionando en la salida de balón a Sergio Busquets, el muro bético frenó al Barcelona en la primera parte, pese a los pases interiores que intentaba Iniesta o los pelotazos largos de Piqué a la vanguardia azulgrana. Si once contra once el dueño de la pelota fue el equipo de Luis Enrique, con la expulsión del alemán el Betis definitivamente no quiso el esférico. El plan A, defender, se resquebrajaba ya en la única carrera de Messi en el partido. Bruno acompañó en el eje de la zaga a Pezzella, Cejudo retrasó su posición al lateral y Joaquín pasó a la banda para mantener el mismo dibujo defensivo.

Ataque

Con la defensa tan atrás, el contragolpe, junto a los saques de esquina en el primer tiempo, era la única arma. Pero Rubén Castro era como una isla en el campo azulgrana, ya que Joaquín no tiene el físico de años atrás y Dani Ceballos se preocupaba más de pelearse hasta con su sombra. El Betis no intentó ir a por el empate en ningún momento. Temeroso. Con miedo a la goleada, pareció firmar el 0-1. Ni siquiera Merino probó con enfrentar a Musonda con Daniel, que tenía una tarjeta amarilla.

Virtudes

La puesta en escena inicial con un Betis bien plantado en defensa.

Talón de aquiles

La falta de ambición, de querer algo más que una digna derrota ante un Barcelona que jugó andando casi todo el partido.

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