sevilla f.c.

11 razones para creer en Antonio Álvarez

  • En sólo 11 partidos, el técnico hizo virar hacia el éxito una dinámica y un entorno viciados desde la serenidad y la humildad

Antes de la confirmación de Antonio Álvarez como entrenador del Sevilla 2010-11 existía la duda sobre si, con sólo once partidos en su haber en la élite, la cúpula del club tenía suficientes argumentos. El marchenero estaba avalado por los resultados, pues en menos de dos meses hizo virar una dinámica y un entorno viciados hacia el éxtasis colectivo. Pero lo que terminó de convencer a José María del Nido y sus subalternos fue la forma en que lo logró: con una gran carga extradeportiva y humana, desde la serenidad, la humildad y la negación total del protagonismo.

1. Los resultados

Evidentemente, sin la clasificación del equipo para la previa de la Champions, con el añadido emocional de conseguirlo in extremis, y sin la consecución de la Copa Álvarez no hubiera podido ser confirmado. Con él, el Sevilla se ha sentido otra vez campeón y ha recuperado la línea de los éxitos incontestables, dándole continuidad a un ciclo ganador que parecía roto. Es la razón más obvia y detrás de ella hay muchas otras relativas a cómo llegó a la concreción de ese éxito.

2. la distensión

La conexión de Álvarez con la prensa fue inmediata y eso contribuyó decisivamente a acabar con el periodo de tensión y debate continuos de la anterior etapa. La afición, pese a las dudas iniciales, estaba deseosa de escuchar un nuevo discurso y el marchenero supo interpretarlo perfectamente desde el principio, con constantes mensajes positivos y alejados del victimismo pese al primer tropiezo en Villarreal. Supo darle al entorno lo que pedía y el equipo salió ganando.

3. La serenidad

Va en su personalidad. Con la misma serenidad con que zanjaba el peligro como último hombre cuando jugaba con el dorsal 5, Álvarez ha sabido ir salvando escollos. "Es una persona que mantiene siempre el mismo temperamento. No es volátil y eso hace que desprenda tranquilidad y confianza", dice Monchi en SFC Periódico.

4. nada de excusas

Desde el primer día y pese a que ha tenido que capear con una plantilla muy tocada por las lesiones, Álvarez dio una consigna clara: nada de justificaciones. "Para qué me voy a preocupar de quién no está si no puedo contar con él", decía una y otra vez en público y en privado. Los preparadores físicos y el cuerpo médico han agradecido esa actitud, que liberaba de toda sospecha a los responsables del área física. La afición también lo agradeció.

5. uno más del plantel

Los pesos pesados de la plantilla le abrieron los brazos al hombre que ejercía de poli bueno con Juande Ramos. Álvarez se ganó rápidamente la confianza de los jugadores, que solicitaron su continuidad a gritos. "Era la persona que podía agrupar a la plantilla, tener su favor y hacer que remaran todos en el mismo sentido (...). El hecho de que controlara el plantel y los conociera influye en la decisión", reconoce Del Nido en una amplia entrevista al periódico oficial del club.

6. fe en la cantera

Ante las bajas, Álvarez prefirió mirar a la cantera antes que situar fuera de su posición natural a un profesional. Confió en Cala, Luna y Rodri en partidos trascendentales y no se equivocó. Un valor siempre tenido en cuenta en el Sevilla.

7. goles en nervión

La fortaleza en casa refuerza a cualquier entrenador. A Jiménez, como a Luis Aragonés en sus tiempos, lo desgastó ganar casi más fuera que en casa. En la sensación de bonanza es clave que el aficionado salga del estadio con una sonrisa. ¿Cuando convenció Álvarez a Del Nido? "Cuando veo jugar al equipo en casa con alegría, atacando y con unas ideas distintas". Más claro...

8. alineaciones lógicas

Tampoco tenía mucho donde elegir por las bajas, pero Álvarez tuvo claro desde el minuto 1 que el 4-4-2, el sistema más bonito para todos, era irrenunciable para la forma en que estaba concebida esta plantilla. Fue fiel a su idea, pese al bajo estado de forma de Negredo, y le salió redondo incluso en la Copa.

9. generales con suerte

Del Nido, admirador reconocido de Napoleón, es de los que prefiere generales con suerte a grandes estrategas. La fortuna acompañó a Álvarez en momentos decisivos y eso también fue determinante.

10. hombre de la casa

Que Álvarez sea un hombre de club ha reforzado la idea del presidente sevillista, que siempre le ha dado más importancia a la configuración de la plantilla que a la elección del entrenador en cuanto al reparto del gasto económico. Firmó un contrato en blanco y el nuevo no tiene un elevado coste. La colaboración íntima en la planificación también es fundamental.

11. la humildad

Fue emocionante oír a Álvarez en la Plaza Nueva junto a la Copa: "Hermanos sevillistas, ha sido para mí un orgullo dirigir al equipo y llevarlo a lo máximo". Jamás se arrogó protagonismo alguno. Ni se resintió su ego en pleno baile de nombres de técnicos pese a la incertidumbre sobre su futuro. "Si el Sevilla me necesita para un día, estoy para un día", dijo a este diario. Con ese mensaje se ha hecho acreedor a un año entero, como mínimo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios