La tele más real: la de los 9 minutos del discurso de Felipe VI
Poco ritmo... justo el que la cita pedía
La nula exigencia que propuso en el Levante tanto en defensa como en ataque dio lugar a un partido cómodo y controlado
Pocas veces encontrará el Sevilla un partido tan plácido. También es verdad que las facilidades que le pudo dar el Levante tenían bastante que ver con lo propuesto por el equipo de Manzano, pero, evidentemente, la calidad del rival no es mucha y el cuadro de Luis García le exigió muy poquito al once nervionense, que goleó sin necesidad de recurrir a un ritmo alto de juego. Ello provocó que, por momentos, el encuentro fuese hasta más aburrido de la cuenta y el entrenador jiennense tampoco ayudó a dinamizarlo al tardar tanto en hacer los cambios. Esto último, teniendo en cuenta el partido que tiene el Sevilla el miércoles ante el Real Madrid, se antojaba como algo no poco importante para ir dosificando esfuerzos con un marcador tan controlado como tenía el Sevilla desde que inició el juego tras el descanso.
DEFENSA
Manzano volvió al sistema de cuatro defensas tras el recurso aislado de la zaga de tres centrales en la Copa frente al Villarreal. Si bien es cierto que el Levante no inquietó apenas porque jamás tuvo el balón, el sistema defensivo se desempeñó con soltura. Incluso se veía a Zokora dando pasos hacia delante y robar más arriba, como en la jugada que dio origen al primer gol del partido, que nació de una recuperación del africano cerca del área, donde saca partido de su potencia.
ATAQUE
Tampoco exigía mucho esfuerzo en ataque el juego de un Levante que sufría bastante atrás con centrales muy lentos con los que se movían muy bien tanto Luis Fabiano como Negredo. Las bandas, a las que Manzano renunció con el sistema de los carrileros el pasado miércoles, esta vez tampoco andaron sueltas, pero aun así, sacaron partido de la ineficacia defensiva granota. Perotti entró bastante, aunque con ataques poco limpios, y Jesús Navas le dio un balón de gol a Luis Fabiano casi en su primera aparición. Romaric conectó, pero tampoco se vio obligado a poner tanto esfuerzo físico ni en las transiciones ni en el trabajo de presión.
VIRTUDES
Aunque resultase cansino, el Sevilla le dio al partido el ritmo que requería. No hacía falta más y las semifinales de Copa están a la vuelta de la esquina, ahora mismo el partido más importante del año.
TALÓN DE AQUILES
Dos cosas. Una, la desconcentración con la que salió el Sevilla tras el descanso, que se tradujo en un gol en contra totalmente evitable en un saque de banda mal defendido que evitó que la portería se quedara a cero. Y dos, lo que tardó Manzano en hacer los cambios.
No hay comentarios