Los jugadores españoles ya conocen su premio por ganar la Eurocopa: 245.000 euros por cabeza. Una buena suma, aunque es la mitad de lo ofrecido hace dos años en vísperas del Mundial de Alemania.

Luis Aragonés reunió a los jugadores en una primera toma de contacto de cara a la cita continental,. Una jornada de convivencia donde el seleccionador recibió a 21 de sus 23 convocados, ya que Casillas y Sergio Ramos se ausentaron por las interminables celebraciones del Real Madrid. El técnico aprovechó la ocasión para recibir a los nuevos y comentar algunas normas de convivencia para la concentración que comenzará el lunes, dos semanas antes del debut de España en la Eurocopa.

La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) quiso ofrecer un caramelo a sus jugadores, una invitación a recobrar fuerzas. Fue la prima que recibirá cada futbolista si España conquista su segunda Copa de Europa. A lo mejor es por la crisis económica que arrastra la Federación, pero la realidad es que el premio es considerablemente menor a lo pactado antes de comenzar el anterior Mundial. Entonces, los dirigentes se comprometieron a pagar 540.000 euros por cabeza, cantidad que se ahorraron con el fracaso vivido.

Los más felices, independientemente de las primas, fueron los nuevos. Una buena muestra fue Cazorla, que estrenó convocatoria sin esperarlo. De hecho, tuvo que suspender un viaje a las Bahamas que tenía previsto como vacaciones. "Prefiero irme a Suiza", bromeaba el centrocampista del Villarreal: "Estoy muy contento de estar con la selección y conocer mejor a mis nuevos compañeros. Fue una sorpresa para mí. Ahora me toca disfrutar del momento y aprender de esta experiencia para mejorar".

Otro de los que rezumaba alegría y optimismo era el defensa del Liverpool Arbeloa. "Es importante pensar que hay que ganar, aunque España haya fallado en las últimas citas. Es la mentalidad adecuada. Sabemos que tenemos que ir poco a poco, pero el objetivo es ganar la Eurocopa", señaló el lateral. Más extraña es la situación de Sergio García. Pura paradoja. El sábado conoció su convocatoria con la selección, el domingo vivió el drama del descenso con el Zaragoza y ayer asistió a la jornada de convivencia con el resto de internacionales: "Todavía no asimilo estar aquí. Es extraño lo que estoy viviendo. El descenso fue triste, pero ahora mismo sólo quiero pensar en la selección y en nada más".

Los jugadores tienen por delante seis días para reponer fuerzas tras el final de la extenuante Liga española. Después, comienza el enésimo reto por situar a España entre los mejores.