Los focos estos días se han centrado, con razón, en el beso que el todavía presidente de la RFEF, Luis Rubiales, dio a la jugadora de la Selección Jenni Hermoso tras ganar el Mundial de Australia y Nueva Zelanda.
No fue el único gesto vergonzoso que dejó el máximo responsable del fútbol español en un evento retransmitido en directo a todo el mundo. En el palco, sentado junto a la Reina Letizia y la Infanta Leonor, Rubiales se llevó la mano a los genitales para celebrar el gol de Olga Carmona. Una actuación impresentable destacada por numerosos medios internacionales.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios