"En España no ha habido guerras de precios, sólo ofertas con truco"

Johan andsjö Consejero delegado de Yoigo en España

El consejero delegado de Yoigo asegura que las tarifas deben bajar hasta los tres céntimos el minuto · Saca pecho por pilotar la operadora europea que entrará en beneficios más rápido, "en apenas tres años y medio"

El consejero delegado de Yoigo, Johan Andsjö, durante su visita a Sevilla.
El consejero delegado de Yoigo, Johan Andsjö, durante su visita a Sevilla.
Eli García Villalón / Sevilla

27 de marzo 2010 - 05:02

-Usted inició su carrera profesional en Suecia, ¿tiene España que aprender mucho en telefonía móvil de su país?

-Ya hemos importado los precios bajos y la simplicidad de tarifas. Ha sido un cambio muy positivo porque cuando el mercado es tan complejo como lo era aquí, la gente no llega a confiar en las operadoras. Pero aún tenemos que copiar algunas cosas más.

-Como por ejemplo...

-España es el país europeo más caro en telefonía móvil, las tarifas duplican a las del resto. En Suecia, los precios han descendido un 70% en cuatro años. Aquí, con la irrupción de más competencia, lo han hecho un 40% en los dos últimos, pero hay mucho camino por recorrer.

-Ya hay llamadas a seis céntimos el minuto y sms a ocho, ¿hasta qué precio pueden seguir bajando las tarifas de forma que sea rentable para las operadoras?

-Al menos, hasta los tres céntimos el minuto. Suecia tiene una población mucho menor que la española, de nueve millones de habitantes, pero cuenta con cinco operadores de red y tener estos bajos precios sigue siendo rentable para ellos.

-A su juicio, ¿las compañías en España están por la labor de entrar en esa guerra de precios?

-En España no habrá una guerra de precios real hasta que Yoigo, que es el verdadero operador low cost, alcance una cuota de mercado del 5% con la que pueda ejercer una mayor presión. Prevemos que esto ocurra en 2011, ya que cerramos 2009 en el 2,5%. Lo que ha habido hasta ahora han sido simples ofertas con truco y con letra pequeña. Hasta nuestra llegada al mercado español, no había interés en rebajar los precios ni en ser transparentes. Basta con echar un vistazo a la publicidad que se hacía: sólo se vendía imagen de marca, lo felices que íbamos a ser si teníamos un móvil de tal o cual compañía, pero no se decía ni una palabra de tarifas.

-Esta estrategia de ganar clientes en función de las tarifas, ¿sólo funcionará en la actual coyuntura de crisis?

-Es cierto que ahora el consumidor mira más por el bolsillo y que ya no se deja convencer tanto por los terminales a coste cero. Aun así, la lucha de precios es un cambio que ha venido para quedarse e ir más allá de la actual etapa. Hay que tener en cuenta que el español es un mercado saturado, pero no maduro. Y la única manera que tenemos las compañías de subir ese peldaño es generar confianza en el cliente, es decir, que pueda controlar lo que va a pagar a final de mes gracias a unas tarifas claras y sin sorpresas. Sólo así lograremos unos usuarios fieles, dispuestos a probar nuevos servicios y, por ende, a consumir más.

-Ésa sería la clave para seguir creciendo y ser competitivo...

-Ésa y, sobre todo, la reducción de costes. Para ser competitivo en medio de una guerra de precios se necesita eficacia en los procesos y en los costes estructurales. Por eso, Yoigo sólo cuenta con 84 empleados en España y no tira la casa por la ventana en el subsidio de terminales.

-¿Es un buen momento para la aparición de nuevos competidores en el mercado?

-Hay dos cosas que están claras: que no todos los operadores móviles virtuales (OMV) actuales sobrevivirán a la criba del mercado, pero también que hay espacio para más competencia. En negocios como el español, los nuevos actores sólo serán competitivos si se enfocan a un nicho específico -ayuntamientos, inmigrantes, clientes de aerolíneas...-, pero si su aspiración es funcionar como operadores de red normales sin ventajas estructurales desaparecerán.

-Yoigo fue una de las compañías que más clientes robó a la competencia en 2009 -más de 300.000-, año en el que logró duplicar ventas, pero, sin embargo, registró pérdidas superiores a los 100 millones, ¿cuándo entrarán en beneficios?

-En los primeros meses del año también hemos registrado un saldo positivo en portabilidad, con lo que seguimos en la senda. Las pérdidas sufridas se deben al coste de nuestro crecimiento, ya que cada cliente nos cuesta unos 100 euros aproximadamente. Pero calculamos que tendremos beneficios en el cuarto trimestre del año. Nos erigiremos, así, en la compañía de Europa que entra más rápidamente en rentabilidad: frente a los seis o siete años de la mayoría, nosotros lo haremos en tres y medio tras una inversión de 1.000 millones.

-Entonces a su grupo matriz, Telia Sonera, ¿ya se le ha quitado de la cabeza la idea de vender Yoigo?

-Así es. Ya no estamos en venta.

-¿Cuánto prevén crecer en los próximos años? ¿Sus metas pasan por adelantar a Orange?

-El ejercicio pasado lo cerramos con 1,5 millones de clientes, un 55% más, lo que nos da una cuota de mercado del 2,5%, que pretendemos incrementar al 10% en 2015. Lo de adelantar a Orange vamos a ponerlo en cuarentena, será más complicado -bromea-.

-¿Qué opina sobre el actual debate de las frecuencias móviles? ¿Con qué cantidad de espectro se conformarían?

-La disponibilidad de espectro es esencial para un operador y, especialmente, las frecuencias bajas, como las de 900 megahercios (Mhz), que mejoran la cobertura dentro de las casas y en zonas rurales. Ahora estamos en medio de un proceso de redistribución de frecuencias que no debe cambiar el equilibrio de la competencia. De ahí que solicitemos cinco Mhz para Yoigo, puesto que somos el cuarto operador de red. Telefónica, Vodafone y Orange deberían quedarse con 10, pero no aceptan este reparto. Quieren dejarnos sin nada, nos tienen miedo. La ineficacia en la distribución puede rebajar la competencia en España. Industria debe tomar una decisión antes de que acabe 2010.

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