El euro se lava la cara

Normativa Impacto del nuevo marco de reciclaje de billetes

El Banco Central Europeo se ha propuesto convertir a la moneda única en la divisa de mayor calidad del mundo, con el objeto de ponérselo difícil a las falsificaciones

El euro se lava la cara
Rocío Martín / Sevilla

22 de junio 2008 - 05:02

El euro aspira a convertirse en la divisa de mayor calidad del mundo. Al menos ese es el reto que subyace tras el nuevo marco comunitario de reciclaje que, a partir de este año, obligará a las entidades financieras de la UEM a excluir de la circulación los billetes no aptos. ¿Y cómo lo harán? Pues enviando a los bancos centrales de sus respectivos países el dinero defectuoso que les llegue, al objeto de que sea destruido (el Banco de España posee máquinas trituradoras del tamaño de una habitación). Para facilitar y homogeneizar la identificación de lo que se considerarán billetes no aptos, el Banco Central Europeo (BCE) ha fijado una docena de criterios: suciedad, falta de rigidez, decoloración, parches, rasgaduras, perforaciones, mutilaciones, manchas, grafitis, arrugas o dobleces. Basta con que se dé uno de esos criterios para no considerarlo viable.

Carlos Molina, director de Marketing de la firma De la Rue, especializada en soluciones de manejo de efectivo para la banca, sostiene que el fin último de este nuevo marco de reciclaje no es otro que poner coto a las falsificaciones, ya que cuanto mayor es la calidad de una divisa más fácil resulta detectar sus malas versiones. Según explica Molina, hasta ahora no se aplicaba ninguna normativa al respecto, de modo que sólo el 20% de los billetes que hoy se considerarían no aptos terminaban triturados (la banca únicamente reparaba en los que estaban extremadamente deteriorados).

La tarea no será fácil, sobre todo si se tiene en cuenta que España es el país con más sucursales bancarias y cajeros automáticos de Europa. De ahí que las autoridades comunitarias hayan decidido implantar el marco de reciclaje en varias fases: este año el 50% de los cajeros deberá estar cargado con dinero clasificado como apto, en 2009 será el 75% y un ejercicio después la proporción llegará al 100%. Esta progresión será la que se aplique en nuestro país, Grecia, Irlanda, Italia y Portugal, ya que Francia, Chipre y Malta habrán acabado el proceso en 2009, mientras que Alemania, Austria, Bélgica, Eslovenia, Finlandia, Luxemburgo y los Países Bajos lo implementaron en diciembre de 2007.

En cuanto a las oficinas, las entidades tendrán que formar a su personal e instalar tecnología (homologada por el BCE) que permita seleccionar de forma automática los billetes no viables -ver texto adjunto-, con los costes añadidos que esto supondrá, y que aún no se han cuantificado. El responsable de De la Rue señala a ese respecto que durante 2008 los bancos y las cajas analizarán sus estructuras para ver qué tipo de maquinaria necesitan (hay sucursales con una actividad puramente ingresadora y otras dispensadoras o neutras).

El nuevo marco de reciclaje se traducirá en un acortamiento del ciclo de vida de los billetes, algo que se dejará notar de manera especial en los de menor cuantía, que son los que más se deterioran y tardan en volver a las entidades financieras. De hecho, del billete de cinco euros se han tenido que hacer varias emisiones en los países socios de la moneda única para reforzar su calidad.

En cuanto al volumen de dinero que habrá que controlar, sólo durante el pasado ejercicio el Banco de España pilotó la puesta en circulación de 862 millones de billetes (la cifra recoge la diferencia entre los distribuidos y los retirados). El 36% de los billetes llega a los bolsillos de los ciudadanos a través de los cajeros automáticos y un 64% por las ventanillas de las oficinas bancarias. El más expedido vía cajeros es el de 20 euros (representa el 44% del total), una cantidad que se eleva a 50 euros para el caso de la ventanilla.

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