El Fiscal

720 botellas de agua vendidas

  • El calor agotó las existencias de agua, algunos manigueteros dejaron ver demasiado los relojes, los tradicionales mensajes recibidos a pie de calle y otras curiosidades de la jornada

Aspecto que presenta estos días un quiosco del centro de Sevilla.

Aspecto que presenta estos días un quiosco del centro de Sevilla. / D. S.

No hay mejor observatorio de la vida cotidiana en el centro de la ciudad que un kiosko. A Juan Dávila-Armero del Arenal, que trabaja en el de la Plaza del Salvador, le preguntamos ayer por las ventas. A las siete de la tarde no le quedaba agua ni fría ni natural. Se habían agotado las 720 botellitas previstas y las existencias de refrescos de cola. Y sí, notó también menos gente en la calle. Pero está claro que la que hubo tuvo sed, mucha sed. Y Juan les dio de beber.

Flores de talco en el paso de la Virgen del Rocío. Flores de talco en el paso de la Virgen del Rocío.

Flores de talco en el paso de la Virgen del Rocío. / D. S.

Flores de talco en la Redención

Muy original el exorno del paso de palio de la Virgen del Rocío. Nada menos que las conocidas como flores de talco, que evocan tiempos muy antiguos. Eran las flores a las que recurrían las cofradías en tiempos de escasez, elaboradas en conventos y más económicas que las naturales. En la Redención hay algún altar que conserva estas flores primitivas. Hoy se verán en el paso combinadas con flores naturales con un resultado de gran esplendor.

Estética mejorable

La de algún concejal al que ayer le tocó representar a la ciudad en los palcos de la Plaza de San Francisco. En tiempos de don Mauricio Domínguez y Domínguez-Adame hubiera sido llamado al orden. El estilo sport, con pantalones chinos incluidos, no es el apropiado para ese sitio.

¡Un zurrón!

El que lucía un nazareno de la Sagrada Cena sin recato alguno. Circularon rápidamente las fotos en las que se hablaba del nazareno beduino. Algunos recordaron al nazareno pelícano de cierto Martes Santo, aquel que llevaba un bolsillo muy cargado nada menos que en la caída del antifaz. El efecto era terrorífico.

Comodidad

La que se disfrutó en las vísperas del Domingo de Ramos en las visitas a muchos templos. Se notó el derbi. Mucho público estuvo pendiente del televisor, lo que redujo mucho las colas de espera. Una delicia, por ejemplo, la Estrella a la hora del partido. 

Los mensajes al Fiscal

Recibido a las 17:36 horas: “Si consiguiéramos ahuyentar a todos los que ven una cofradía con copa o vaso en mano, nos quedábamos los justitos. Te lo aseguro”. A las 19:28: “Vergonzoso lo que se ve en los ventanales del Banco de España. Salen en grupos cada vez que llega un paso, algunos con el torso desnudo. Te adjunto foto. No es en sólo una ventana, sino en varias. El espectáculo es lamentable”. A las 19:29: “Hay mucho desconocimiento de los bares a la hora de aplicar la normativa. No dejan sacar agua o refrescos incluso fuera de la zona de actuación”. A las 20:13: “Muchas asistencias sanitarias”. A las 21:17: “La Estrella ha tardado en pasar tres horas y 14 minutos por la calle San Pablo. Retrasos en la Campana. Y  creo que la cofradía sale muy pronto”. A las 21:20: “La sede de la Delegación de Fomento en San Andrés está sin colgaduras en los balcones. No sabemos si lo arreglarán durante la semana”. A las 21:21: “El Herodes ha dejado vacío el comercio de Elena Bernal. ¡Cómo lleva el pecho”. A las 21:22: “ La última de mi padre el viernes... Le dije a mi hija que fuéramos a ver la del Claret y me dijo que mejor le llevaba el abuelo. Pues al llegar le pregunto a la niña qué tal. Y la niña me responde que no ha visto el paso, que el abuelo le ha llevado al Don Giovanni, le ha invitado a una pizza y él se ha tomado un par de vinos hablando con sus amigos. Lo peor es que mi padre, cuando me ha dejado a la niña, dice que lo han visto todo estupendamente. ¡Qué familia!”.

Ciudadanos sentados

Se puede comprender que el delegado de Fiestas Mayores llegue al Domingo de Ramos ya reventado del esfuerzo de una cuaresma que cada vez exije más planificación. Se entiende que un hermano mayor te confiese en privado que en el momento de salir su cofradía ya está cansado de tantos días tan intensos. Pero que haya jóvenes sentados en los portales a las cinco de la tarde de un espléndido Domingo de Ramos... ¿Donde quedó eso de patear la ciudad y, sobre todo, de conocer el centro las tardes de Semana Santa? En algo nos estamos equivocando. O será como dijo Moeckel: desde que las túnicas se limpian y planchan en las tintorerías ya nada es lo mismo...

Manigueteros

Ayer se vio a más de uno con el reloj puesto. Un nazareno, salvo que ejerza funciones de fiscal, no debe llevar reloj. Mucho menos un maniguetero que, al alzar el brazo, deja ver el Casio de turno.  Queda horrible, sobre todo porque hay pasos preciosos que no merecen semejante falta de esmero. Tampoco cuesta tanto. ¿No creen? Tal vez hay que ser optimistas. Al menos ayer no vimos ninguna pulsera. ¿Lo ven? Seamos positivos.

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