El Fiscal

Nada de nada

Pasó el Miércoles de Ceniza y digamos la verdad: nada de nada. Ha sido un comienzo de cuaresma 0’0. Ser cofrade es la forma de ser un cristiano católico en Sevilla. Y si se suprime el carácter público festivo que está estrechamente ligado a la religiosidad popular, la cosa se desvanece. Hay que reconocerlo así. Distintos son los excesos de los últimos años, incluidas las cofradías piratas. Pasó, sí. ¿Dónde se notó que era Miércoles de Ceniza aparte de en los periódicos y en la radio? Nada de nada. En las misas te echaban la ceniza como en el juego de la petanca. En las redes sociales vimos la foto de un compañeros zampándose una torrija en una confitería del centro. Pero faltaba algo. ¡Claro que faltaba! Ni más ni menos que el gozo de la víspera. Por eso la oferta alternativa en la que se han empeñado inspira tanta gratitud como tristeza.

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