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Sevilla/En ocasiones veo anuncios de extrañas mesas redondas. ¿O no tan extrañas? En una de ellas se convoca a varios fiscales de música del Señor. Cáspita. Tendrán que poner en común varios problemas. Qué sé yo. A lo mejor algunos de ellos son cómo actuar en caso de que el director de la banda se declare en rebeldía, cómo cortar o no la interpretación de una marcha, quién hace la selección de las melodías, el comportamiento de los señores de la banda cuando el paso está parado, etcétera. El papel del fiscal de paso de música del Señor debió ser tratado en alguna sesión del Concilio Vaticano II. ¡No me digan que no es bueno! Uno creía haber alcanzado el techo de las experiencias cuando fue requerido por el "responsable de seguridad" del paso de palio de una cofradía del Martes Santo. Aquel señor tenía mas aires de grandeza que el jefe de la Gendarmería Vaticana. Podríamos promover una mesa redonda sobre los jefes de seguridad de los pasos de palio de cofradías de barrio. Y una segunda con los del centro. Porque la duración de los recorridos es bien distinta y, por lo tanto, las vicisitudes también.
Urge una mesa redonda de mayordomos para poner en común la gestión de las listas de hermanos morosos. Qué facilidades de pago se les dan, cómo se notifica la deuda, a partir de qué año se les da de baja... Y, por supuesto, otra con los diputados mayores de gobierno sobre el comportamiento de los celadores de tramo, que son los primeros que deben ir vestidos de forma ejemplar. Cómo llamar la atención del hermano que no luce las hebillas, cómo solucionar el baile del cinturón de esparto del nazareno que ha adelgazado desde el último año, qué hacer ante el reiterado caso del nazareno que lleva la túnica de ruan del abuelo y que es ya de una tonalidad ala de mosca...
¡No todo va a ser la música! Que en la Semana Santa contemporánea solo parecen contar los músicos los costaleros. La mesa redonda que de verdad se necesita es la que lleve por título Cómo ver una cofradía: así debe comportarse el público en la calle. Pero nadie la convoca. Había un magnífico libro titulado Cómo ver una corrida de toros, pero nadie lo ha escrito sobre la Semana Santa de Sevilla. ¿Le interesaría a alguien? En Sevilla hay cofrades de prestigio (todavía) que podrían enseñar a muchos a saber moverse por las calles, cómo buscar los pasos sin molestar, cómo pedir paso y concederlo, cómo salir a un balcón, como disfrutar de aspectos de una cofradía aparentemente secundarios, cómo apreciar todo el micromundo que existe en torno a un paso si se tiene la suerte de que lo paren a tu vera...
Y es necesario un curso, una ponencia o un taller para señores munícipes. ¿Pueden o no los concejales ir a ver las procesiones piratas? Ajá, ¡la gran duda! Urge una guía de comportamiento. Cada vez tienen más tirón popular, por eso la tentación para nuestros politicos o politiquillos es enorme. Cada vez será más difícil resistirse. La autoridad eclesiástica no debe, por supuesto.
Estamos en ocasiones apostando por aspectos tan concretos, tan ultraespecializados, que olvidamos lo esencial cuando se trata de abordar la Semana Santa en la calle. También es cierto que sufrimos demasiado ruido. No es fácil corregir el punto de vista cuando hay tantas distracciones entre los problemas de seguridad y la apuesta (excesiva) por las salidas extraordinarias. Es normal que se nos olvide lo fundamental. Para qué salimos de nazareno, al servicio de qué objetivo está la música o incluso el silencio, qué buscamos cuando vamos al encuentro de una cofradía en particular. Y ahí están las grandes verdades. Habría que recordar la gran reflexión: "Nos ven porque salimos, no salimos para que nos vean".
Me sobran los comunicados oficiales de hermandades sobre los nuevo capataces, bandas de música y otros aspectos. Entendemos que esa gestión de la información han llegado para quedarse. No somos ingenuos ni de momento no han superado los tiempos. ¿Pero saben una cosa? Hasta en las cuentas de las redes sociales de las cofradías se aprecia quién cuida una línea meramente institucional y quién se confunde ya con un portal más de noticias cofradieras. Los grandes retos de la Semana Santa que ha llegado a nuestros días son la seguridad y la educación del público. Colocar los focos en otros asuntos es mirarnos el ombligo. A lo mejor con eso nos basta para alcanzar la felicidad y seguir viviendo de la belleza de un postal que cada día tiene las esquinas más cuarteadas.
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