"El blues tuvo un hijo y le llamaron Rock&Roll"

-¿Está usted en la edad perfecta en la que se es demasiado joven para morir pero no demasiado viejo para el rock and roll?

- Sí, eso lo digo siempre. Para decirte la verdad estoy en el mejor momento para todo, tengo experiencia, rodaje y sé tomar las cosas con calma. Además siempre pienso que lo mejor está por llegar. Son tiempos duros pero yo siempre tengo una actitud positiva, creo que eso lo aprendí viajando y tocando el blues.

-El suyo es un género musical que parece requerir de la energía juvenil tanto como de la experiencia que da la edad.

- Si miras a tu alrededor las mejores bandas de rock, blues, etcétera... todos pasan los 50 y 60 de edad: ACDC, Rolling Stone, Buddy Guy, Jeff Beck... Para serte sincero, yo me muevo más en el espacio que en el tiempo; el tiempo me ha dado la posibilidad de recorrer mucho camino pero creo que aun así es una fracción en el espacio. El tiempo pasa tan rápido que me remito a una frase de Borges: somos muertos en vacaciones.

-¿Por eso en este nuevo disco vuelve a las esencias rockeras?

-El rock nunca lo perdí aunque mi gran compañero de viaje es el blues. En este nuevo álbum, Heavy City Blues, me acompaña uno de los bateristas más potentes de la historia, Carmine Appice, así que aunque no lo quiera su pulso frenético me lleva a ese territorio.

-El rock va unido a la palabra leyenda ¿Cómo lleva que algunos le consideren una leyenda del rock hispano?

-La verdad que no lo había pensado. Cuando termino mis giras me aíslo en una vida muy sencilla pero teniendo en cuenta todo lo que he hecho en la música de este país desde el año 78 hasta hoy, algunos lo pueden pensar. Pero de nuevo te digo que lo mejor está por venir y mi reto es darme a conocer con las nuevas generaciones de amantes de la guitarra y del blues y rock. Y este 2014 tengo dos proyectos de grabación nuevos en los que voy a dar lo mejor. Creo que estoy en buena racha, y la inspiración gracias a Dios no me ha abandonado. Por eso no pienso en lo que he hecho sino en lo que haré. Y sobre todo, no me gusta la idea de dormirme en los laureles. No todavía, a lo mejor más adelante.

-¿Rockero o bluesman? ¿Todo es rock, o todo es blues?

-El blues tuvo un hijo y le llamaron Rock&Roll.

-Desde luego, usted no tiene problemas con las denominaciones, porque lo mismo pone su vista en el flamenco que en la música latina.

-Creo que esa es la grandeza de la música y del arte, el sentir lo bueno y dejar que fluya de manera natural.

-¿Pero la llamada fusión no puede ser muchas veces una claudicación ante géneros más populares, en busca de más públicos?

-Puede ser. En mi caso la amalgama de influencias me vienen de la vida, y de los sitios que viví del sur al norte de América y Europa siempre escuchando y viendo grandes artistas que te dejan huella.

-¿Qué hizo de usted un músico?

-Con 10 años ya quería serlo, pero en los 70 la música que nos rodeaba era tan increíble que no tuve dudas de que quería tocar la guitarra. Para mí todos los músicos de los 60 y 70 estamos envenenados por esa magia, desde los Beatles a Hendrix, pasando por cientos más.

-Nacido en España, infancia y juventud en Argentina, Venezuela, Tennesee... Es normal que usted respire mezcla de músicas.

-Correcto. En esos años no existían ni Youtube ni teníamos súper móviles. Íbamos a buscar las cosas a la fuente como un viaje en busca de un tesoro.

-Incluso hizo de guitarrista en cruceros ¿también se aprende de eso?

-Me encantó esa experiencia: vivir en el mar en un barco y tocar la guitarra cada noche es una experiencia alucinante. Además yo tengo la suerte de no marearme. Recorrí todo el Caribe y estuve tres veces en Jamaica.

-Mucho rock y mucho blues y al final hace usted una canción como Sangre española en la que pone música a frases como "pasión gitana".

-La letra es de Manolo Tena, yo me responsabilizo sólo de la música. Pero también te digo que con ese tema pude pagar el alquiler, así que ¡gloria bendita a todos los que les gustó!

-Tal vez por esas cosas hay quien le considera andaluz de nacimiento.

-Sí, es que tengo sangre andaluza por los cuatro costados, de Cádiz, Jaén y Córdoba. También del norte, Santander, y de Argentina por mi abuela.

-Ha tocado usted con monstruos de un género lleno de monstruos. ¿De qué y de quién se le han pegado más cosas?

-De todos, ver en acción a Santana o a Prince y a Jack Bruce es algo que no te deja impasible y sobre todo los grandes como Junior Wells y Carey Bell, dos gigantes del blues.

-¿Concibe usted hacer otro tipo de música?

-Ahora tengo muy claro lo que me gusta tocar, así que no se me pasa por la cabeza. Considero la música algo sagrado y necesito que salga del corazón. También es algo visceral.

-¿Cómo anda el rock español de salud?

-¡Mejor que nunca! Yo creo que hay crisis en la industria pero no en la creatividad.

-En estos tiempos ¿debe seguir siendo el rock un género de protesta o reivindicación?

-Creo que el rock siempre ha sido reivindicar una forma de vivir un sentimiento y unas ideas siempre reflejo de la sociedad.

-Dígame un músico imprescindible.

-¡¡Hendrix!!

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Gracias a 'Sangre española' pude pagar el alquiler. ¡Gloria a los que les gustó!"

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antonio pizarro

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Nacido y criado en la música

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Javier Vargas nació en Madrid en 1958, pero se puede decir que su patria es la música. Por eso quizá se pasó una buena parte de la infancia y de la juventud buscando a sus figurados padres biológicos. Su estancia en la edad crucial en la Argentina a la que emigraron sus padres le puso en contacto con el poderoso rock de ese país. Pero viajó también a América del Norte, a palpar las raíces del blues. Y tocó con Santana, y conoció a Jimmy Hendrix, y a muchos monstruos. De vuelta en España, es ya una figura capital Esta noche a las 20:30 presenta su disco Heavy City Blues en la sala Milwaukee de El Puerto de Santa María.